Algunos van con una ristra de ajo, como collar propio y nadie les rehúye y otros coronados de flores, son echados a patadas de los mejores mundos posibles, por los vampiros de toda la vida. Y así van las cosas, como si te empujarán en el lodo de la existencia…será mejor ir vestido como uno mismo natural, al modo y tomar la medida del mundo, por que él mundo ya nos tomó la medida y la vida nos agarró por el talle y algunos no sabemos bailar el compás de ese baile, que todos bailan en la pista de la vida y sino sabes ir en patín es, te resbalas sobre el hielo cuajado de la experiencia y te caes de bruces o te quedas sin boca entera, contra el frío hielo de la vida y nos volvemos licántropos, nos ocultamos en noches claras y salimos al reverder del día luminoso, ocultos bajo la apariencia de esa medida que te han tomado y da igual, por que mas vale caer en gracia que ser gracioso y ha otra cosa mariposa y siempre has de bajarte los humos, ser humilde , pero mantener el tipo y defender, a lo sumo tu dignidad. Algunos creyeron nacer con traje de armiño, con coraza y escudo y otros combatimos con lo propio y no somos como los chulos de barrio, que en la cama, la tienen grande y gorda, pero que a la hora de la verdad, el instrumento se sacia en dos por uno y nunca acaban. La vida es eso, lo que no piensa, lo que uno le pone: salpicón, pimentón dulce o picante, quizás especias y quien sabe si haces el guiso ligero o cargado, Asia que es mejor actuar ,según vaya viéndose y según pueda el animo de uno, que al final, siempre te mueres como todos.
Damián Patón Fernández
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