lunes, 29 de junio de 2015

ESTA GENTE DE AQUÍ


Artículo de Mikel Goldstain/ reservado todos los derechos/Junio de 2015- Barcelona.

Nunca me acostumbro a la gente de Barcelona. Todo y que yo vivo en esta ciudad, que me resulta una ciudad que gana todos los méritos para ser la capital de la mala educación. Una mala educación, sutil, mezquina y rastrera. Los españoles por lo general, solemos ser maleducados y los primeros en practicarla. Es esta gente de aquí. Nuestra gente. Por ejemplo: hoy he ido a comprar en dos supermercados: Open Cor y Carrefour Express. Bien. En el Open, entró. Compro. Es un día festivo. Siempre procuro no ir estresado-a veces es un estado mental, más que una situación, una realidad-. El lugar no es ni pequeño ni grande. Es lo de siempre. Son las once de la mañana. Y ya lo ves: las empleadas están reponiendo material, con toda la clientela pululando. Interfieren el paso. Molestan las empleadas. Será que no es posible reponer antes de abrir. Voy a comprar fruta, para pesarla, pero la báscula está llena de papeles de propaganda. Tendría que molestarme en preguntar, si puedo quitar esos papeles, para pesar y donde están las bolsas. Espero en la cola, guardando distancias razonables. Pero una señora, se pega a mi espalda. Si avanzo un poco, se me pega casi en el culo. Debe pensar que si gana más espacio, acabara antes. La señora que está por delante de mí-es mayor-, recibe el permiso de la dependienta para poner los enseres sobre la repisa del mostrador. No ha acabado el cliente al que acaba de cobrar, y pide al cliente que se aparte, para el siguiente. Todo sea, ir cobrando deprisa y echar al personal. Somos objeto de consumo. Como la señora es mayor y tarda en sacar el dinero a cuentagotas, la dependienta le dice de mala educación que se aparte, que me toca a mí. No lo hace la señora mayor y sigue buscando monedas. Deposito mi compra  y la dependienta me cobra, diciendo el siguiente. Me aparto para cargar mi compra. Voy al siguiente súper, que está al lado de casa y yo pensaba que en festivo cerraban. Aquí el problema se multiplica. Mucha más gente. Compro dos zumos. Llevo mochila. Voy a pasar, pero los pasillos son estrechos y una pareja, que tiene un sentido del espacio particular, me obstaculiza el paso. Pido permiso, pero no se  apartan. Paso como puedo y eso me irrita. Voy a la cola. Detrás de mí se pone la susodicha pareja. La señora que tengo delante, pregunta a la cajera, que es bastante vulgar, si eso que tiene en la mano es mantequilla en paquetitos. Le dice que no, que lo devuelva a su sitio y coja la mantequilla. Así que esperamos mientras la señora busca la mantequilla, algo que me parece absurdo. La cola crece y crece la tensión de muchos tontos que hay en la cola, porque siempre tienen prisa.-y seguro que no saben por qué. Es tener prisa por costumbre. Estrés inducido-. Finalmente la vulgar cajera, vocifera a la señora que se apure. La pareja de detrás, me empuja. Literalmente me empuja. No digo nada para no discutir. Pongo mis dos zumos en la bandeja de la cajera, y ellos que tienes más cosas, apartan mis zumos, sin pedirme permiso-.y ponen cosas. El tío, no me mira, lo hace. La cajera aparta mis zumos y le dice al tío, que no…que no puede pasarlo, como si yo no existiera. La señora viene con la mantequilla enfadada y protesta. La cajera pasa de todo y le da el dinero, como si fuera una cosa, un objeto más. Una vez has pagado, lárgate y déjame en paz, parece ser el mensaje subliminal. Yo pago y abro mi mochila, para meter los zumos. El tío que va con su pareja, me aparta y arroja despectivamente el ticket, yo espero, el cambio. Me da el cambio sobre la repisa, donde está el tío, pero yo con calma recojo el dinero y el tío se pone en medio, sin mirarme. Todo sin mirarme. Termino de poner los zumos en mi mochila y el tío me arrincona, yo no abro la boca, para no entrar en conflicto y me voy. Es como cuando vas al metro, vas a fichar y en el momento de hacerlo, alguien te aparta, ficha y sale corriendo para coger el metro. Al final, acaba esperando como tú, el siguiente metro. Es la gente de aquí. Ese odio, esa actitud, esa forma de menospreciar al otro, sin saber por qué y para qué…Esto es España, pasen y vea. Llámenlo Cataluña .O castilla la Mancha, es España…Somos así. Ustedes juzguen.
 
e-mail:Mikel.goldstain@yahoo.es
Skype: damian48518
 

sábado, 13 de junio de 2015

LIGEROS MATICES


Artículos de Mikel Goldstain/Junio de 2015-Barcelona-.Todos los derechos reservados.

La convivencia cotidiana, generalmente está llena de intolerancias y tolerancias. Siempre he sospechado de las tolerancias y mucho más de las intolerancias. Hace muchos años, conocí a un crítico de música que se ganaba la vida como funcionario. Se hacía llamar Josep. Por lo menos yo le conocí así. Recuerdo que la primera vez que le llamé por teléfono, contestaba siempre una voz de mujer: ¿Está Josep?  Respuesta contundente: Aquí no vive ningún Josep.  Volví a llamar dos veces más y finalmente la susodicha señora, me colgó. Pensé que me había equivocado. Pero no. No me había equivocado. Josep vivía hay. Pero su mujer no toleraba que le llamen Josep, aunque él se hacía llamar Josep. Por eso no me pasaba la llamada. No sé si eso es ético. Eran funcionarios con plaza en Cataluña. Provenían de fuera. Nunca entendí la estúpida intolerancia de aquella señora, que me ponía en un compromiso. Y ponía en un compromiso a Josep- José. Años más tarde, trabajando (desgraciadamente), como interino de Justicia, (en la época del tripartito), a todos los funcionarios interinos-así nos llamaban aquellos cabrones de los funcionarios titulares-, nos obligaban a subir puntuación, sacándonos  un determinado nivel de catalán. De modo que si tenías el máximo nivel de conocimiento de catalán, obtenías más puntos que si eres licenciado en derecho, por ejemplo. No puedo obviar aquel poeta, que escribía principalmente en catalán y que era un cretino redomado-no por escribir en catalán-, sino por su actitud. Su mujer no dirigía la palabra a los que hablaban en castellano. Cuando no estaba su mujer, era tratable. Cuando su mujer intervenía, él no existía. Un gilipollas. Por cierto recibe muchos premios…como poeta catalán. Pero este artículo de mi blog, no es anti- catalanista, sino anti-intolerancia y sobre todo intolerante con esa palabra que se llama tolerancia. Tolerar algo me suena a soportarlo, a tolerarlo,  en vez de aceptarlo, de comprenderlo. No hace mucho, asistí a un horrible recital de poesía, en una horrible bar, dónde se leyeron no menos horribles poemas de amor en su mayoría, que me parecieron el sumun  de la cursilería. Una de las poetas venía de Murcia, a leernos sus poemas en castellano-sonaban bien declamados. Ilegibles leídos-.Escuchamos un buen tanden de poesías en castellanos, hasta que otros arrancaron en catalán. Fue entonces, cuando los que venían de fuera, pusieron cara avinagrada, protestando por lo bajo, quejándose de que no entendían nada. No creo que el catalán, sea un  idioma hermético y de difícil comprensión como el Vasco, en el que si necesitas estudiarlo algo para entenderlo. Nadie pone cotos a oír algo en portugués o en italiano, incluso en inglés. Una señora mayor-, comenzó a bramar contra la intolerancia de los “castellanos”. Nadie le siguió la corriente.  Muchas veces me encuentro con catalanoparlantes que en absoluto se molestan si me falta vocabulario en catalán  o les hablo sin querer en castellano-soy castellanoparlante-. De tal modo que cuando hablo con ellos-y son muchísimos-, podemos entendernos en catalán-castellano o a la inversa. Son tan comprensivos que me aconsejan hable como más cómodo me sienta. Sin ningún problema. ¿O quizás hablo en Catañol y no me doy cuenta? El catalán es un idioma precioso. Una joya que leída o escrita, tanto como cantada, es de una belleza estremecedora. A mí al menos me lo parece. No hay que olvidar que los dos idiomas son cooficiales: catalán y castellano. Cuando mi hija se graduó de bachillerato en un instituto privado que yo no he podido costearle, en el momento de hablar ante sus compañeros de cómo había ido el curso, la directora, sobre todo, les ordenaba al oído a los alumnos-muchos de ellos ecuatorianos, colombianos, peruanos, etíopes-, que lo dijeran en catalán.. A muchos les intentaron convencer de realizar sus exámenes en catalán, con la dificultad que eso supone para los foráneos.  Sino cultivamos la convivencia, esta chispa, será una llama ficticia de separación. Y yo soy catalán primero, español después. Ante todo persona. Amo Cataluña, en el idioma que sea.
 
Email:mikel.goldstain@yahoo.es
Skype:damian48518