sábado, 30 de julio de 2011

DEL SENTIR ANORMAL

Registrado en la Propiedad intelectual. reservado todos los derechos.



         Autor: Damián Patón Fernández







Sencillamente hay personas que no hemos nacido para similar la normalidad cotidiana y hemipléjica que nos envuelve y que nos meten a machamartillo. Sencillamente nacimos con una vena torcida: nacimos ya con un comportamiento fuera de lo normal-, nada de trastornos de personalidad y demás elucubraciones de psicólogos-, nacimos con un horario diferente al del resto. Nuestra pauta, es nuestra pauta y no la pauta regida, a patadas y a golpes, del resto de los gilipollas que se empeñan en descolocarnos del resto,…por que si los otros, no son peores-al contrario, sin ese hatajo de anormales que se disfrazan de normales, para que los anormales-normales, no les señalen con el dedo y les vigilen como policías del día a día, del momento al momento.-, nosotros tampoco somos peores. Decididamente yo nací, con esa vena, metida, inyectada con la insulina, con la heroína, con el subidon del fuego perpetuo, que me caracteriza, que nos caracteriza. Para disfrutar enloquecidamente de nuestra sabia locura- y las locura tiene su componente en los gramos de la heroína dislocada del sentido común paranoico-, hacemos lo posible, dentro de lo imposible en el hastío, para que el día a día, no nos  aniquile con la gente sin ganas, sin humor, con esa gente taponada como una sucia y fétida alcantarilla, donde las lodosas y putrefactas aguas del ser, no deja que sus vapores hediondos, salgan a la superficie y se purifiquen. Necesitamos renovar la sangre con el coralario de menstruaciones diversas. Yo ya nací menstruando por doquier. Menstruo con los estigmas de mis carencias, de las carencias de la realidad, de ambas carencias.  Soy, somos en esencia, un fenómeno psíquico, una puerta abierta desde el conciente al inconciente y vamos patinando, como bailarines cojos, en nuestros patinetes. Somos patinadores, en el hielo quebradizo de lo real, pues lo irreal se basa y se asienta en lo real. Pero nosotros, yo, ellos, tú, todos tenemos asco a la gente y la gente, claro, somos todos. Desde el mas asqueroso asesino vestido de poli , desde el psiquiatra que detesta a sus pacientes, desde el muchacho o la chica que limpia las letrinas: quitan las compresas y tampones usados en los retretes públicos, limpian nuestros excrementos y manchas de orinas, nuestros vómitos y nunca les dirigimos la palabra, menospreciándolos…desde el más humilde de los trabajadores, que hace nuestro quehacer cotidiano mas transitable…desde esa atalaya de nuestro interior, lanzada  con el férreo carcaj, de esa flecha cotidiana de nuestro yo, pregunto:. ¿Qué seria de los gobernantes sin sus gobernados? ¿Qué seria de sus generales sin sus legiones de soldados? ¿Qué seria del juez sin sus funcionarios? Cuantos anormales sueltos con toga y con poder. El poder enloquece y produce sátrapas, que destruyen las mejores flores de la locura de los verdaderos, de los que de vez en cuando agitan sus flores para esparcir un nuevo aroma creativo. La endogamia del mundo cultural, de los escritorcillos que les dan premios sus amiguetes del poder…de todos esos. Sencillamente, hemos nacido así…Y aún nos queda algo de la salvaje inocencia de la niñez, de los paraísos perdidos; aquellos paraísos, incrustados en nuestro interior y que  no hemos digerido, esta es la verdad…OH ya no volveré a ser niño. Pero vivo mi paraíso que lucha con mi infierno. Gracias por ser un anormal…gracias por la fantasía, contra la vulgaridad y la ordinariez. Os quiero.

viernes, 22 de julio de 2011

POEMA DE DAMIAN PATON FERNANDEZ

Reservado todos los derechos de Propiedad Intelectual.


                                        LETANIA











           Como en los viejos puertos de Bahía

Un día, (que yo sepa y que no sirva de precedente);

Vi el destino en manos de mi viejo padre.

No es filosófico decir esto,

Pero es verdad...

(Acaso la verdad que fundamenta el humo alado en los roncos labios de los duros marineros que en cierto  día descubrieron Tierra Firme).

No existe el romanticismo y mi padre es como la casaca escarlata de Oscar Wilde.

Un día me dijo su exacta verdad filosófica:

LOS MEJORES NO SIEMPRE GANAN A LA RULETA RUSA.

NADIE GANA O TIRUNFA POR SI MISMO. POR SER GENIAL O BRILLANTE, SINO POR QUE TIENE LAS CARTAS A SU FAVOR...



Como esas mujeres buenas que esperan a los agujereados barcos en el puerto, en busca de un marinero firme como un atolón.

Así era el Sol que mi padre vio irse un día en la Bahía.

Soñando querubines gordos en los malecones de la Habana.

Pues cuando un hombre se siente calcinado y no sabe contar hasta tres y ve que el Sol se ha zambullido en la espuma de la noche y le despiden con pañuelos perfumados, como si...fuera la última vez, es que te has muerto y lo has sabido una vez estas en la tumba.

La vida es una verdad filosóficamente inevitable y...

Lo que cuenta no es la vida, sino tú vida; la vida que te llena.

Pero tener un padre anciano como el día y que fuma largas horas de aire viejo y sueña con pañuelos que le despedirán,

Quiere decir que el hombre que te ha engendrado

Parte en pos de su odisea particular.

Todo hombre y toda mujer jamás sueñan con morir

Sino con la muerte que se parezca a la vida.

Y que su muerte no sea el gesto inútil de una vida coronada de muertes invisibles y sentimientos propios, que nunca confesaremos...

Ay, pero en los antiguos cafés de la barrechina, el caldo de gallina, la petaca y el puro de aroma natural,

Vendrá un día, (como todos los días, cuando uno no sabe sentir el calendario sino al revés), que la cuenta atrás, comienza,

Cuando comenzamos.

Como mi padre a quién un día el Sol,

Le invitó a la sombra

Una larga noche que amaneció

Cuando cerró los ojos.


miércoles, 20 de julio de 2011

ARTICULO DE OPINON

Reservado todos los derechos de propiedad intelectual.



PEQUEÑAS COMUNICACIONES TECNOLOGICAS



    ARTICULO DE Damián Patón Fernández











Desde que se inventaron, eso que llaman tan aleatoriamente: “los medios de comunicación”, uno descubre, asombrado, lo que hay detrás de cada fotito, cada web, blog o cualquier cosa, que los demás ponen, en la túpida red de Internet, para que sepan que existimos. Y desde luego, acaba uno descubriendo que los medios de comunicación, en toda su amplia concepción, son cualquier cosa, meno medios de comunicación. No hablemos ya de la televisión, radio, periódicos, etcétera. Eso de medios de comunicación, es un decir…más bien, poseen enormes medios tecnológicos de incomunicación y control absoluto de las opiniones ajenas. Es decir, precocinan la realidad y la sirven empaquetada al gusto de la élite dominante, que les sustenta, para domeñar  y adocenar a sus acólitos. Esto ya lo sabemos. Ya es conocido, pero sigue hay, rechinando y produciendo en masa industrial, toda su inmensa bazofia barbiturica.. Pero ahora viene el otro lado, los medios de comunicación, estilo: Facebokk, Tuenti y demás. En fin, ellos inventan una paradójica red social, en la cual te presentan amigos-(nada, ¡así, a las bravas, con una pantalla fría y una fotito, en la que siempre sale alguien la mar de simpático y todo eso!-y luego vienen las presentaciones. Al parecer detrás de la fotito, hay de todo: genios despreciados, gente sola, vidas íntimas extrañas: mujer, hijos, marido, amantes, fiestas, cuerpos y etcétera. Te colocan una porción de sus vidas íntimas y en cuanto, intentas entablar relaciones por vía chat o lo que sea con la fotito… ¡zas! ¡Dicen que no te conocen! Es bastante curioso, ponen hasta su numero de teléfono y todo eso y… ¡luego no te conocen!…Digo yo ¿Y para se inventó todo eso? ¿Para que llamar amigos al otro, como hace tan gratuitamente Facebook, por ejemplo? Factbook, es un medio de control, es un espía chapucero, cuya idea fascista es quitar por medio todo aquello que pueda acabar con sus intereses o los intereses de quienes le sustenta. Tiene una moral aséptica, una moral bastante nazi. La mayoría de  los nos anunciamos -incluido yo-, buscan algo. Ser famosillos, o visto por uno o mil personas. Ser conocidos, pero MIRAME Y NO ME TOQUES. Otros buscan asuntos profesionales, promocionarse etcétera-entre estos estoy yo-y todo eso esta bien, pero amigo, la palabra: amigo, debería quitarse. Pues, ¿para que se anuncian hay, sino luego te dicen: no te conozco. ¿Quien  eres? Cuando el mismo Factbook, te lo sugiere y a la vez te lo esta prohibiendo y si le das a la segunda o tercera, según les parezca a la maquinita de Factbook, te bloquean. ¿Absurdo no? Y además están los que les saludas por el chat y no te responden y así una y otra vez. O los que buscan algo de ti y tú de ellos. Por ejemplo, el escritor Tal, le saludé por el chat y ni mú. Luego volví hacerlo, pidiéndole un libro suyo y me contesto, que lo enviaría  por mensajería yo. OH, maravillosa lámpara mágica del MIRAME Y NO ME TOQUES. Podría ser extenso el análisis de estos medios de comunicación tecnológicos, que lo son de incomunicación; un gran agujero de soledades, de mezquindad humana y de buenos propósitos. Tiene muy buenos propósitos, Comunicarte con alguien que hasta al otro lado del mundo en tu idioma y no saber quién es el vecino de tu rellano y ni siquiera saludarle por las mañanas. Por lo menos, saben que estas hay, en Factbook, aunque ellos te quiten de en medio por intereses. Pero, hay muchas cosas ocultas, un control absoluto…algo extraño, que deberíamos no obviar Y desde luego, es la gran lámpara mágica, para la soledad y el ego de muchos,. Este análisis es corto, pero los medios de comunicación, devienen en medios de incomunicación y de soledades mutiladas, amorfas.

domingo, 17 de julio de 2011

NOTA DEL AUTOR

Damián PAtón Fernández:

ES NECESARIOD ECIR ESTO: lA TOTALIDAD DE LOS TEXTOS PUBLICADOS AQUI, YA ESTÁN REGISTRADOS EN LA PROPIEDAD iNTELECTUAL, DE MODO, QUE QUIEN LOS COPIE O LOS HAGA SUYO CON OTRA IDENTIDAD INCURRE EN DELITO. os rogaria, que cuando hagais usod e estos textos, lo advirtais al autor. Gracias.

jueves, 14 de julio de 2011

DAMIAN PATON FERNÁNDEZ-Opinión

                             Vida Literaria  y demás







De verdad, uno piensa en todo ese engreimiento, en toda esa pobreza humana, en toda esa gente que anda por la vida creyéndose, que va a lomos de un portentoso corcel y lo que en realidad hace, es ir a lomos de un cerdo que acaba de revolcarse en el estiércol. Me refiero a la vanidad humana, (como no podía ser de otra manera. Nunca experimenté, la vanidad animal, es decir; la vanidad del burro, del cerdo, del caballo, del perro, etcétera) ;el engreimiento y la prepotencia, que campa allende sus anchas, desde aquí hasta la mismísima Tierra del Fuego, recalando, sin mas quietud , incluso en el Ártico Polar. Mucha gente se pasa la vida, creyéndose importante, superior y genial, por esto, por aquello, por lo de más allá…escriben algunas palabras, hacen obritas geniales o no…y de repente, corren detrás de algunos personajillos que cosecharon éxitos materiales, que otros de la élite, les propusieron y pusieron la maquinaria en marcha, para que de vez en cuando se vea que cambia. Toda esa gente que cantan a la libertad, a la democracia, a los pobres, a los trabajadores o a cualquier cosa, en realidad nunca están con ellos, te miran por encima del hombro, te sacuden como caspa maldita en la hombrera y siempre se hacen los importantes. Ni cagan, ni meán, ni se tirán pedos y follan como los ángeles y usan sus influencias para follarse a bailarinas que son putas de la peor especie o  a viciosos trepas. Y todos los trepas, venden, alma, culo, polla, coño…lo que sea, por llegar a la cima del puesto de Mas venta, Y SON SUPEESTRELLAS DEL cine, los Mass media, los de la sociedad de consumo…aquellos que venden libros como churros, como roscos, con agresivas y pelmazas campañas publicitarias, que tienen lectores cuyo listón de calidad es tan bajo como un día paseándote en pelotas en el Polo Norte y que no tienen mucho criterio, igual que el mercado que siempre vende lo mismos sin mas opción a nada y que lo que es bueno, lo venden a escondidas, lo ocultan por lo critico y lo ningunean por que tienen sus acólitos,  sus genios diseñados en el marketing, sus putas y cabrones…lo de putas no tiene nada que ver con lo de prostitutas, oficio por lo demás muy respetable y a cuyas trabajadoras debo mucho, muchísimo…de no ser por ellas, media humanidad estaría capada o cometiendo actos contra natura, debido a la necia naturaleza que por estos Lares habita…tanto en  las mujeres, como los hombres. Pero todos esos lameculos, trepas de cualquier índole y casta, una vez alcanzan el éxito, llegar a decir aquello que dijo el Nobel de literatura Vargas Llosa: algunos compañeros miso que se han perdido en el limbo de la literatura, sin ir a ninguna parte. Vayan ustedes a saber  de ese señor, en que limbos esta, me refiero a Vargas Llosa, que es amigo de los poderosos y también gran escritor…y que ha sido considerado por los poderosos, por que les gusta y les favorece, seamos claro…más no, por ser un gran escritor y los que se han perdido en el limbo, dice este señor que parece haber tocado el cielo, quizás sean mucho mejor que él, pero nosotros no lo sabemos…por que no nos dejan, ni nos permiten conocerle. Con esas palabras, V.Llosa, dice quien es . Pero esa prepotencia habita en el mundo de las ciencias, de la medicina, de la judicatura, de la Iglesia…de la especie humana y da mucha pena y asco, que la mayoría de los genios casi nunca ganaron premios literarios, ni apenas fueron considerados en vida: Cervantes, Henry Miller-nunca le dieron un premio y publico muy, muy tarde-Kafka, Ligabue (pintor), Rimbaud, Verlaine…y un largo etcétera interminable…Y todos ignoran, que pueden morirse de un mal cáncer o que se van a morir, como los demás. La mediocridad campa a sus anchas en estos tiempos de atropello ético- moral. Descansen en paz los verdaderos. Se mueran de asco y sin paz, los lameculos…los sociopatas. Muera la dictadura del mercado y sus editores, que solo quieren ganar dinero, sin admitir que todo negocio tienen sus vaivenes…por poner un ejemplo constreñido. Mueran los  mediocres.

martes, 12 de julio de 2011

Autor:DAMIAN PATÓN FERNÁNDE-un cuento para Analizar-.

  EL    CUENTO      DE   ANITA Y DEMÁS











Cuando violaron a la pequeña Anita, el día en el que cumplía catorce años, no sospechó, ni por asomo, que, en efecto, el luctuoso percance ocurrido, pudiera llamarse violación. Creyó, que lo sucedido, era un acontecimiento tan normal y aburridamente cotidiano, como respirar. De hecho, el jefe superior de la Policía, en la tranquila localidad en la cual vivía Anita, fue quién la violó. El jefe superior de la Policía, era sin lugar a dudas un ciudadano respetado y famoso por su actitud suave, amable y considerado además persona tranquila y muy equilibrada y como ya es sabido, es harto infrecuente que un ciudadano respetable como el mencionado, cometa violaciones en sus ratos libres y menos, si es el jefe Superior de la Policía;  un individuo a todas luces, nada sospechoso de tales actos. Lo curioso del asunto, es que la violación no pudo ser consumada, pues el Jefe de la Policía, no pudo, consumarla. Era impotente, para más señas y para burla de Ana. La impotencia del jefe superior de la Policía, se amañaba con una porra eléctrica, que utilizaba para dar credibilidad al acto compulsivo de violar, debido al atrofiamiento de su pene, grande eso si, pero poco útil, para el momento oportuno. Su pene, ya no servia, nada más que para colgar de sus luengas y fofas carnes. ¡ESTABA MUERTO!  Cuando el jefe de policía, tenía tales convulsiones y no le era posible efectuar el acto sexual en toda su amplitud, solía vestirse de mujer y hasta el mismo, se aplicaba la porra eléctrica, para saber lo que era sentir una penetración artificial. Y así, sucedía, que violaba a todo lo que se ponía por su camino. De modo, que lector, te preguntaras, si realmente la pequeña Anita, fue violada en su totalidad el día de su catorce cumpleaños… ¡no! La pequeña Anita, sufrió un ligero susto, pero al ver al Jefe Superior de la Policía vestido de señora-no daba el pego-e intentando penetrarla, rompió a reír histéricamente, enseñando grandes dientes, como grandes colmillos, que causaron autentico pánico en el violador impotente. Además, ese mismo día, para mayor INRI de la adolescente, tuvo la regla y  todo el mundo humano, ya sabe lo que eso significa, en especial la parte humana femenina. Nadie sabe como ocurrió el desenlance de esta historia. De hecho, ese día, hacia un frío horrible y Anita, estuvo riéndose durante todo el camino, enseñando sus agudos colmillos y su horrible sonrisa atroz, a todo él que le interceptaba el paso. Daba miedo la adolescente. Iba presurosa a casa, pues la menstruación había manchado su preciosa falda plisada de color naranja que le regaló su abuela dos años atrás, en el día de su doceavo cumpleaños. Su abuela había muerto, como se mueren todos los muertos: esto es…de golpe. El jefe de la policía, fue hallado al día siguiente, muerto como solo puede encontrarse un muerto: boca abajo, en un claro del bosque y con la porra eléctrica incrustada en el ano y vestido de mujer. Un espectáculo bochornoso. La industria de la localidad no detuvo sus motores y las campanas de la iglesia no doblaron por el muerto. Anita creció y un día se marchó de allí, sin el mas mínimo trauma.

miércoles, 6 de julio de 2011

DAMIAN PATON FERNÁNDEZ

                         EL ALMA DE LOS NIÑOS



                            Dedicado a Reina Torres.









Éramos inocentes. Yo tenía siete años; era tartamudo, cojeaba, padecía una discapacidad intelectual, de más del treinta y tres por ciento. No aprendí a leer y escribir, hasta la edad de doce años. Dejé de llevar pañales a los diez. Mi madre no sabía como tratarme y mi padre, era un hombre guarecido bajo una férrea y dura apariencia. Y era inocente. Os lo juro. En el verano de aquel año: un verano cuyo curso, era un tórrido río de calor. Un fogoso aliento de aire pesado recorría las calles de la ciudad; mis padres que eran personas humildes, me llevaron a vacacionear, a una pequeña localidad, fuera de Cataluña. Como no tenía amigos y nadie quería ser mi  amigo, me pasaba la mayor parte del tiempo, con mis padres y mi padre se desesperaba, por que  ansiaba que tuviera amigos…yo no entendía, y entonces, él, tiraba de mi mano derecha y fuera de sí, me llevaba a pasear todas las tardes,  a un puerto cercano. Recuerdo los barcos agujereados, un yate y el mar en calma. Recuerdo, a mi padre, como si aspirara la cálima del mar. Es imposible olvidar su triste mirada y también, a veces, su energía. Chisporroteaba energía.  Un día de aquel verano, mi padre me dijo que tenía un amigo. ¡Un amigo! Yo  tartamudee: solo tenía siete años y la palabra amigo, me causaba pánico. Sabia lo que eso significaba; humillaciones, burlas, golpes, patadas. Una tarde, mi padre volvió a sacarme de paseo, pero esta vez en dirección contraria. No fue largo el camino, sino mas bien corto. Nos detuvimos, ante un imponente caserón, rodeado  por un jardín, no menos imponente. Un hombre corpulento, vestido como un dandy-parecía extraído de una película de los años cuarenta en blanco y negro-, acudió a dar un abrazo a mi padre. Yo estaba encogido, casi a punto de llorar. Mi padre me dijo:

-Te dejo aquí, conocerás a tus nuevos amigos.

No dijo vendré mas tarde. Seguramente si. El hombre se llamaba Armando y me cogio de la mano, diciéndome:

-Ven, voy a presentarte a mi hijo Félix…tiene diez años.

Me llevó hasta el interior, de la casa, cruzando un amplio vestíbulo; el vestíbulo desembocaba en un largo pasillo, que conducía, hasta una enorme habitación. Al entrar en la gigantesca habitación, con grandes ventanales, la luz del sol, caía como un cubo de fuego. Dos niñas gemelas de unos diez años, vestidas con chandals, corrieron a observarme, como si fuera alguna rareza. Eran las gemelas: Raquel y Esther.

-Aquí mandamos nosotras-dijeron. Yo miré asustado al señor Armando, que sonrío y me dijo que no les hiciera caso. Fue entonces, cuando reparé en él. Pequeño, encogido…una autentica piltrafa, para ser un niño, algo mayor que yo. Sus grandes ojos negros, despedían una fuerza sobrecogedora, que aún con el paso de los años, no he logrado borrar:.. ¡Aquella mirada despedía la sedienta furia, de quién no quiere morir! Era casi un esqueleto. El rostro, de pómulos pronunciados. Era un niño muy guapo. Era un niño a un paso de la muerte. Se llamaba Didac, y aún me sorprende que mi padre, me dejara una tarde a solas, con él. Con el calor que hacia, me sorprendió, que llevara puesto un fino albornoz. Era su único vestido. Me miró y señalo a unos marcos con fotos.

-Esta de la foto es mi mamá.

Me dijo. Yo miré a las dos gemelas, que cogidas de las manos, intrigaban y me vigilaban. Luego miré las fotos. Una mujer, muy guapa, sonreía en la fotografía. De hecho, parecía una persona muy vital.

-Hummm…cu….cu…cuantos-años-tiene…-dije de corrido.

Las gemelas fruncieron el ceño.

-No tiene años mi mamá-dijo Didac, con voz llena de energía, que parecida no pertenecer a su cuerpo enteco, encogido.

-Pues, mi mamá, si tiene años-volví a decir raudo y veloz, cojeando y no comprendiendo mucho. Las gemelas se reían.

-Mi mama se murió-, dijo el pequeño Didac, algo sobrecogido. Las gemelas enmudecieron.

-¿Y como se mueren las mamás? La mi…la mi…mía…no se…

-OH, basta ya-dijo una de las gemelas-, eres tonto…se mueren, como se muere la gente de la tele…

Busqué con la mirada al señor Armando, pero ya no estaba.

-No les hagas casos, son niñas y las niñas son tontas. Ya ves, se creen que lo saben todo-dijo Didac, imponiéndose. Las niñas, se alejaron de él, como la peste. Luego le seguí y pasamos la tarde, dando vueltas por la casa y en el jardín. Más que jugar observábamos y me observaban. Al cabo de una hora, Didac, comenzó a toser, se puso muy pálido y dijo que estaba cansado. El señor Armando, me acompañó hasta casa y estuvo hablando con mi padre. Cuando se despidió del señor Armando, mis padres me observaron. Me senté en una silla, mirándome la punta de los zapatos.

-¿Bueno, que te ha parecido?-me preguntó mi madre.

-se…se…mu…,mu…

No pude terminar.

Esa noche me oriné encima y no dormí bien.

A partir de entonces, mi padre me llevaba periódicamente a casa de Didac, si es que tenía fuerzas para estar conmigo claro. Solía verlo, sentado en un sillón o tumbado en la cama o veíamos programa de televisión y me hablaba. Me dijo que le gustaba leer.

-Oye tú…tartamudo…eres tartamudo…

Asentí.

-¿También eres tonto?-, me preguntó despiadadamente, tumbado en la cama, con su asqueroso rostro pálido. Entonces percibía esa palabra como un insulto…ahora se que era un insulto.

-¿Y tú…tú…te…mu…mu…?

Me atranqué…me puse rojo. No podía seguir. Didac. Se reía cruelmente, hasta llorar.

-Como tartamudea, el tonto.

-me…me…

Cerré los puños y me dirigí hacia la salida de la habitación.

-Vale, vale…no te vayas, eres él único amigo que tengo que no me ha rechazado…claro, que ni yo a ti…tonto, tartamudo… ¿sabes leer?

Con la cabeza gacha, negué. Estaba allí, parado.

-¿Cómo no puede saber leer un niño de siete años. Habrase  visto… ¿Qué maestros tienes? ¿Y tus papas? Ven, ven…no te voy a contagiar la lepra…no soy tuberculoso. Mira este libro.

Me enseñó un libro: Moby Dick.

´-Comencemos…Mira la primera letra…I, dí I

Pronuncie la I.

-Ves como sabes leer.

-No

-¡Que si, burro!-gritó-…no puedes cerrarte en banda, diciendo… ¡no! Yo te enseñaré.

-Eres un mo…mo….moribundo!-grité angustiado.

Didac, arrojó el libro y cayó sobre la cama. Comenzó a llorar, hundiendo el rostro entre las manos. Salí corriendo de la habitación, ganando el pasillo. Me topé de frente con el señor Armando, quién asustado por los lloros de su hijo, corrió hacia la habitación. Le miré desconcertado y  corrí hasta la puerta de la calle. Cuando llegué a casa, solo, mis padres se alarmaron. En ese momento mis padres recibieron una llamada telefónica…aterrorizado, corrí ha esconderme en mi habitación. Cinco minutos después, mi padre entró en mi habitación. Yo me escondí debajo de la cama.

-Vamos sal…sal…

Su voz sonaba a ligero reproche. Salí de mi escondite. Mi padre se sentó en el borde de la cama.

-¿Que os ha pasado?

-me insul….sul…to

-Y tú a él.

Afirmé con la cabeza.

-Escúchame hijo, tú y Didac, necesitáis ser amigos.

Negué.

-Escucha…Didac, es un buen chico.

Pero durante dos días, no volví a su casa, hasta que una tarde, inesperadamente Didac, me llamó por teléfono.

-Hola, eres tú-dijo su voz apagada, al otro lado del auricular.

-Si….si.

-Soy Didac, llamó para pedirte disculpas…espero aceptar las tuyas.

-Bu….bu…bueno.discul…cul…

-Vale… ¿quieres venir a mi casa? Te enseñaré a leer.

-me da…ver….ver…

-Entiendo. Te espero esta tarde.

Así que cada tarde, Didac, me preparaba cuadernos de caligrafía y cuentos sencillos, con letras del abecedario, para enseñarme a leer. Las gemelas, también participaban. Apagaban el televisor y nos observaban y cuando cometía un error, corrían a corregirme.

-Se dice así A….B…sé mas disciplinado.

Poco a poco, aprendí a componer palabras y entenderlas, pero muy poco a poco. Didac, parecía haber mejorado súbitamente. Incluso había engordado. Una tarde les invité a unas pastas que les traje como obsequio. Su padre nos hizo chocolate y pasamos una  velada divertidísima. Era a finales de julio y mis padres estaban sorprendidos de que pudiera leer con lentitud de tortuga un cuento, cuando en el curso anterior ninguno maestro o psicólogos, fue capaz de enseñarme a leer…Pero es el alma de los niños. El padre de Didac, habló con mis padres, aún mas sorprendido de que su hijo, diera señales de una gran mejoría. Había engordado y parecía que por el momento “iba a seguir entre nosotros”. De hecho, ambos éramos niños, conectados en nuestras carencias, por esa energía de positiva amistad y cariño, propio de los niños y de su crueldad inconciente. Solo una de aquellas tardes, los vi a todos tristes. Se mantenían en silencio, incluso el señor Armando. Didac, me llamó aparte en su habitación.

-Chsss…hoy cumple mamá años.

-No esta mu..…mu.-…mu

-Por eso, los muertos cumplen años. Todos debemos guardar silencio.

Durante una hora, todos estuvimos en silencio. Luego me marché cabizbajo, sin comprender el significado de cumplir años, de una persona muerta, aunque seguía sin saber como se morían las mamás. Las últimas tardes que recuerdo, es a Didac, lleno de vida. Jugábamos en el jardín, con las gemelas…Didac, estaba empapado en sudor, cuando de repente cayo, entre convulsiones, vomitando y con los ojos fuera de sus orbitas. Me quedé paralizado. Las gemelas gritaron, llenas de terror. Didac, extendió su mano derecha, pidiéndome auxilio y yo corrí en su auxilio. Recuerdo que de repente apareció el señor Armando, arrojándose sobre su hijo, preguntando: ¿Hijo que te pasa?...mas tarde alguien me sacó de allí, cuando sonaban los ayes de la sirenas de la ambulancia. Esa noche no pude pegar ojo. Durante dos semanas no volví a ver a Didac. No comprendía que sucedía. Solo, una de aquellas tristes tardes, de a finales de verano, mi padre dijo que, si quería ir a ver a mi amigo. Dije que si. Mi padre me llevo de la mano y antes de entrar me dijo:

-Escucha hijo, a veces las personas, que son nuestros amigos, tienen que partir.

Le miré desconcertado y dije de corrido:

-¿Qué quiere decir partir?

-Quiero decir, hijo, irse…

-Se…se…va

-Hijo, se muere…se muere

-Los ni….ni…niños, no mueren.

Mi padre no dijo nada. Cuando entramos, el señor Armando se fundió en un efusivo abrazo con mi padre. Luego me dio un beso a mí. Me condujeron en silencio hasta la habitación de Didac, que olía a cerrado, en penumbras. Las gemelas, me esperaban y me dijeron:

-Dale un beso…pregunta por ti…

Temblando, vi a Didac, tumbado en la cama; un autentico esqueleto; sin un pelo en el cráneo y regurgitando. Su mirada era distante, apagada...  Tenia el rostro lleno de costras, me miro y un fulgor increíble brillo en sus ojos. Extendió a duras penas, sus manos.

-Mi amigo… ¿quieres ser mi amigo?…quieres leer…ya sabe leer…no me dejes solo…vamos a jugar…

Y no pudo seguir…Llamó a su padre y mi padre me sacó de allí. El señor Armando, lloraba. Las gemelas también. Yo no podía entender. No comprendía, pero estaba muy asustado. Sabia que algo muy grande y superior a mi, algo ajeno a mi voluntad decidía…ni siquiera nuestros padres, podían evitarlo…nuestros padres…que son el mensajero de los hijos….Volví a ver a Didac, dos días después, pero ya no hablaba. Solamente  jadeaba. Regurgitaba. Era un cadáver con un hálito de vida. Mi padre decidió no volver a llevarme. Mi madre se oponía radicalmente, so pretexto, que no era un espectáculo adecuado para un niño retrasado como yo. Didac murió aquella noche….murió de sida. No fui a su entierro. Nunca más volví a verle. Ni a las gemelas. Ni a su padre. Gracias a él, aprendí a escribir y leer. He escrito este cuento para él…Didac no ha muerto, para mi. Pero ha muerto para el mundo. El alma de los niños.



                         





       










lunes, 4 de julio de 2011

DAMIAN PATON FERNÁNDEZ

                    BABILONIA

                               (1998)



              Damián Patón  Fernández





En  Babilonia Crucificaron a Cristo

y en la Kaaba

mi alma dormía como una hormiga pequeña

en el calzado guante de la soledad.

En la industria

las rosas asesinaban con hechizo de orfandad

a los gladiolos y las dalias negras

y es que los yonquis buscaban un nuevo rey de nadie

para crucificarlo y chutarse por la humanidad.

Y yo dormía como una hormiga pequeñita en el Cubo Negro

y el Sol Vociferaba su ira

entre los rayos armenios

una furia rosada

contra la poderosa industria que detiene la vida

que detiene la libertad

que detiene las raíces del cielo ceniza

igual que un plato vacío de amor

en las jaulas pajareras de la soledad del sodomita.

La miseria y la locura van de la mano

y yo soy el guante con alma de hormiga pequeñita

que grita por las calles pidiendo pan , justicia y libertad

por todos los desamparados de la Tierra,

y por los de mi casa,

tambièn por los de mi casa.



En Babilonia

Cristo sueña el ateo porvenir de una humanidad sin Tierra y sin galaxias,

sin círculos

sin Marte

sin el espejo de la Muerte.

El obrero muerde las piezas de Hierro de la Industria

Gigantes pequeños condenados a servir a diminutos estafadores del amor

y el hombre sin pene en sillas de ruedas

que anhelan amores imposibles en un mundo sin luz

Nadie cree en nadie.








BABILONIA

                    BABILONIA

                               (1998)



En  Babilonia Crucificaron a Cristo

y en la Kaaba

mi alma dormía como una hormiga pequeña

en el calzado guante de la soledad.

En la industria

las rosas asesinaban con hechizo de orfandad

a los gladiolos y las dalias negras

y es que los yonquis buscaban un nuevo rey de nadie

para crucificarlo y chutarse por la humanidad.

Y yo dormía como una hormiga pequeñita en el Cubo Negro

y el Sol Vociferaba su ira

entre los rayos armenios

una furia rosada

contra la poderosa industria que detiene la vida

que detiene la libertad

que detiene las raíces del cielo ceniza

igual que un plato vacío de amor

en las jaulas pajareras de la soledad del sodomita.

La miseria y la locura van de la mano

y yo soy el guante con alma de hormiga pequeñita

que grita por las calles pidiendo pan , justicia y libertad

por todos los desamparados de la Tierra,

y por los de mi casa,

tambièn por los de mi casa.



En Babilonia

Cristo sueña el ateo porvenir de una humanidad sin Tierra y sin galaxias,

sin círculos

sin Marte

sin el espejo de la Muerte.

El obrero muerde las piezas de Hierro de la Industria

Gigantes pequeños condenados a servir a diminutos estafadores del amor

y el hombre sin pene en sillas de ruedas

que anhelan amores imposibles en un mundo sin luz

Nadie cree en nadie.














sábado, 2 de julio de 2011

NOTA DEL AUTOR

Os emplazo a todos,a cualquiera que le apetezca participar aqui, que podeis enviar vuestra literatura, dibujos...lo que sea, mientras sea arte, de manera desinteresada. Pura colaboracion. Puro trueque. Podeís hacerlo en cualquier idiomas, siempre que lo que envieis este pulido y presentable. Podeis hacerlo en : PORTUGUES, ESPAÑOL, CATALAN, FRANCES, ITALIANO, INGLES, ALEMAN LITUANO, RUSO, CHINO, JAPONES, ESTONIANO, UCRANIANO, UZBEKO, BABLE, VASCO, GALEGO Y EN TODOS LOS DIOMAS MUNDIALES POSIBLES Y SUS IDIOMAS A PUNTO DE EXTINGUIRSE...TAMBIEN EN URDU. gRACIAS.

EL GURÚ INFINITO

            EL   GURÚ  INFINITO



     Damián  Patón  Fernández- 1993





Nunca he visto a Dios…pero siempre quise verlo. Cuando me enviaron en el Transbordador espacial, como único tripulante, mi misión consistía en avistar antiguas Naves Celestes errabundas, que vagaban a su suerte por el espacio y además…debía encontrar a los llamados Gurús o seres infinitos. Siempre oí historias sobre ellos. Recuerdo que desde mi niñez ya se hablaba de esos seres, como “los hijos del  Dios Verdadero desaparecido”. Así que realicé, en solitario mi inspección en el Transbordador; último modelo de la serie: Escorpión-Acuario. El mas avanzado de la era del tercer milenio. Alzándome en el vuelo, recorrí las negras oleadas del Universo. Por única compañía, mi procesador HX30, que me consolaba de las larguísimas e infranqueables horas de soledad. Me proporcionaba Sueños Naturales, codificados en la realidad. Viajaba en Odisea. Disfrutaba de cosas imposibles que imaginamos en la mente. Solía ver al planeta Titán, tumbado allí, melancólicamente, en mi espaciador de Imaginaciones. Vi Júpiter y sus anillos listados de gasas. Vi la vieja Tierra, ya expoliada, estrujada, hundida  en la devastación. Hacía más de Mil años que la Tierra no estaba habitada por seres humanos. Vi Orión y los caballos celestes. Vi Marte y sus mares rojos y las hendiduras oceánicas. Vi Plutón y las explosivas Miríadas, que agitaban el Cosmos, como cascadas de sonidos sin gritos.

El Cosmos es finito.

Más no vi a Dios.



La undécima noche de mi solitaria expedición, mientras inspeccionaba; el Procesador me avisó con voz metálica, la identificación inesperada de una Nave espacial del Modelo Talmud, próxima a mi área espacial. Los Talmud, eran naves, cuya construcción databa de cuatrocientos años atrás. Dándome un vuelvo el corazón, comencé mi vigilancia de rigor. Aproximé posiciones y a bordo del velero individual, penetré en la Bóveda de la entrada de la nave Talmud. Tuve la impresión de que me estaban esperando.



Los pórticos antiguados permanecían abiertos. Ráfagas de vacío cósmico, irrumpían con soplos fugaces. A medida que me adentraba en la reliquia o covacha, sentí la presencia de todo lo que habíamos perdido los seres humanos .La Nave Talmud, ofrecía un aspecto desolador; caducos ordenadores medievales, roídos por el abandono. Robots litúrgicos, erraban sin rumbo fijo, emitiendo cánticos religiosos. Creencias de sueños y añejos dioses extinguidos. Era nuestro ancestral mundo perdido. Tras recorrer varios aposentos, con el corazón latiéndome apresuradamente, me topé inesperadamente con él.¡ Allí estaba! ¡Un gurú! ¡Un ser de las estrellas! ¿Cuál sería su exacta edad? Era un ser mitad hombre y mitad mujer, de largos cabellos blancos. Rostro pequeño. Afilado. De angulosos pómulos e hirsutas barbas, encrespadas en rizos femeninos. Ojos rasgados. Labios trazados, como los de una beldad. Cuerpo fibroso y musculado, dotado de pequeños senos. Sentado, en posición yogui-alerta. Largos velos de suave tela china, cubrían sus atributos. Era como si me esperara. ¿Desde cuando?

-Ah, me encontraste-, pronunció con voz híbrida-. Siéntate. No te asustes de mis robots litúrgicos. Están en la hora de sus salmodias Cristiano-Búdicas. Veo que eres casi un niño. Te das cuenta de que mientras tú eras concebido, yo ya deshojaba las estrellas del Universo. ¿A que has venido? ¿A matarme?

Negué.

-Así pues, debo seguir esperando-dijo con resignación y prosiguió-. Durante cuatrocientos años he visto, como las más gloriosas estirpes del Universo se aniquilaban unas a otras. Vi como los ciudadanos de la Tierra y Marte, masacraban a sus vecinos de las estrellas próximas y caían las viejas dictaduras, para sustituirlas por otras nuevas; las de la libertad de las cosas. Te contaré como fui creado. Fui creado por la industria de los Hombres Nuevos, a causa de que en la extinta Tierra de los Científicos Blancos, odiaban a los no Blancos y los seres de distintas nacionalidades se disputaban la supremacía de su supuesta lengua y cultura. La Tierra, entonces, estaba destruida. Buscaban nuevos universos. Ellos creían que esos Universos Nuevos, debían ser solo de sus razas y nacionalidades. Ya sabes, eran tan primitivos. Se me creó para ser lo que ellos no eran. Espíritus lógicos…

Como puedes ver, soy a la vez, hombre y mujer. Poseo una inmensa sabiduría, ya que me formaron; Herodoto Dos. Apuleyo Dos. Séneca Dos. Sócrates Dos. Todos ellos creados en el laboratorio. Ellos me enseñaron lo que sé. Durante todo este tiempo, me he auto concebido cien hijos, a mi imagen y semejanza. Me autocupulé cincuenta hombres y cincuenta mujeres que amé. He auto muerto exactamente doscientas veces. He auto resucitado, otras doscientas. Mi cuerpo ha envejecido y rejuvenecido, tantas veces, por mi propia voluntad, que ya me resulta aburrido. Conozco todo lo que soy y puedo llegar a ser. He conseguido viajar por el Universo finito e infinito, sin fin pero con principio. Ya no busco nada. Solo viajo. Ha llegado un momento en el que estoy harto de mi mismo. Quisiera salir de mí. Me conozco demasiado. No sé lo que es el dolor, ni el amor de los otros. NI la vida, ni la muerte ajena. No sé, lo que es envejecer del modo en el que otros envejecen. Mis células no existen. Prevalece la soberanía de espíritu, sobre la materia. Dios no anida en mi mente. Soy un extranjero de mi mismo. Soy el huésped de mi propio conocimiento. El sabedor infinito de mi propia sabiduría.



Con los puños cerrados, los ojos dilatados, continuó:

-Dime. Enséñame algo que no sepa. Sorpréndeme. No creo que lo consigas. Puedo vivir y resucitar cuando me apetezca.



A medida que le escuchaba, cruzábamos el Espacio. Comprendí que me alejaba del Transbordador. Le insté a que viniera conmigo a Titán.

-¿Para que?-, retumbó su voz híbrida en el silencio de la nave. Le expliqué que lo mejor sería, regresar entre los suyos. Reposar y vivir otra vida, sin él mismo a solas.

-Yo no necesito otra vida. Yo no necesito necesitar. Necesito morir de verdad y nacer como todos-, respondió con acento impasible.

Me sentí impotente.

Hubiera permanecido días y días, escuchándole incansablemente, la eterna sabiduría que fluía del Gurú. No me era posible. Mi misión consistía en datar todo con lo que me topaba a mi paso por el  Universo. Me despedí. Le dejé solo. En compañía de si mismo.



Regresé al transbordador. Cuando le avisté por última vez, desde el Visor Gigante; el Gurú, salía de la nave Talmud, lanzándose al espacio. Desnudo. Sin nada. Como si anhelara hallar la nueva experiencia de una muerte sin muerte, en el vacío del Universo, en respuesta a toda una vida, repleta de su única vida.