jueves, 5 de mayo de 2016

FRAGMENTO DE LOS ESPEJOS TRUCADOS ―El escorpión y la medusa―

Autor: Damián Patón Fernández/ Editorial: LARMBOOKS/  Páginas:213/ 17 Euros.-Ebook: 3 euros, por Amazon. Com






Esta historia comienza con un suicidio. Albert Iniesta lo había conseguido todo a los cuarenta y cinco años.Y cuarenta y cinco años de edad es una edad relativamente joven como para que un hombre comience a ser. De hecho, Albert Iniesta era un triunfador compulsivo, si es que se puede afirmar con contundencia que la obtención de éxitos materiales, es un triunfadormaterialmente hablando, claro. Habiendo alcanzado la cúspide de su carrera, viviendo a cuerpo de rey y siendo él quien dirigía la Gran Multinacional, simplemente aquella turbia y sombría mañana del 21 de noviembre de 2007, descolgó el teléfono:
―Soy Albert.Todo ha acabado.
Al otro lado del teléfono, Joan Velevert, el asesor «de toda la vida», así como un confidente nato, y una especie de gurú y de psicólogo, un poco aturdido por esa llamada directa a su despacho, a las 12 horas de la mañana, preguntó, con voz de sorpresa quebrada:
― ¿Qué ocurre? ¿Algún problema de última hora, Albert?
―Se acabó, Joan.,e acabó.Me ha tocado la ruleta rusa. Me vendieron los espejos trucados. Adiós.
Cuando colgó el teléfono, Albert Iniesta no tardó demasiado en jugar a la ruleta rusa. De hecho, en los últimos cuarenta y cinco años no hizo más que jugar a la ruleta rusa y ser un adicto coleccionista compulsivo de revólveres antiguos de tambor.Era un obseso de las armas, que no sabía utilizar. Sencillamente le fascinaba el poder de las armas, aquel instrumento, al libre albedrío de la voluntad de las personas. Un simple clic y todo se acabó. Tomó del armario, con estanterías de cristal, un revólver Smikeng-Wilson, 1890.Su difunto propietario también había jugado a la ruleta rusa. Temblaba. Cargó el tambor con balas certeras. Se sentó y pensó:
«Los espejos trucados. ¿Tiene sentido la vida, sin secretos.Sino puedes luchar.Sino vives en un estado de guerra? ¿Qué sentido tiene la vida, si es imposible luchar?»
Apuntó el cañón  del revólver bajo mandíbula y disparó.


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