sábado, 6 de abril de 2013

ES LA ACTITUD



Artículo de Mikel Goldstain- 6 de abril de 2013/Reservado todos los derechos.
  Barcelona.


Todo en esta vida es cuestión de actitud.
 La hipocresía es sublime y en España, la actitud es hipocresía, porque actitud, actitud lo que se  dice actitud, es mala educación.
Expondré algunos ejemplos:
Por regla general, aquí en Barcelona, si saludas, nadie te responde al saludo y te dejan con la palabra en la boca. No es que el personal sea mal educado, es que la gente es incapaz de responder ante ese gesto de manera positiva. Es una degeneración de la “actitud”. O sea, es mala educación endémica. Energía negativa. Obviar al otro. Lo mismo ocurre, con los policías, los vigilantes-en especial estos-y los revisores del metro. Siempre actúan de manera chulesca o te llaman la atención de malas manera, con prepotencia y chulería: “Caballero, haga el favor”…todo esto, te lo dicen generalmente con asco y malas maneras, como si fueras un perro. Respóndeles tú mal, ya verás como si “le importa tú actitud”, y justificas su chulería.
Si, en España hay muy buena educación y los jefes de esta gente son tan mal educados como ellos. Mientras no pierdan dinero. Pero lo mismo ocurre en la judicatura, incluso los médicos…algunos te tratan con desprecio y desdén. Son grandes médicos y no deben perder el tiempo con la chusma “.Lo dicho es la actitud y todo depende de cómo se diga, no siempre de como se interpreta.
Otro ejemplo:
 Reservo un libro en la casa del libro, de Paseo de Gracia. Lo reservé por teléfono. Me dan código del libro y me avisan que puedo ir a recogerlo, en cuanto pueda y que no me olvide de mencionarles el código. Hasta aquí todo normal. Normalísimo. Y hablamos ahora de mi actitud y de la actitud, de quienes trabajan en ese tugurio. Me persono a las once de la mañana, en la Casa del libro. Hago cola. Me toca. Me había olvidado el número de código, le explicó a la señorita, el olvido. Me dice que le dé el número de móvil. Se lo doy. No lo encuentra, en el ordenador el código. No es posible. Y le digo que puedo hacer. Me dice que averigüe el número de código-es algo que ya sé-, y que sino pregunté, en la sección tal y que allí es posible me informen. Voy a la sección Tal y las dependientas, que son señoras mayores, están atendiendo a otra persona-son  tres para atender a  una persona- y le explican que ellos no tienen por qué buscarle su libro. Cuando alguien me atiende-no crean que había cola, se lo aseguro-, le digo el libro que busco. Me indica con desgana y con cara agria-previamente no se responde a mi saludo inicial-, que busque en otra sección, que está detrás de ella. No encuentro nada. Me envían a otra sección. Hago cola y me dicen que tampoco. Vuelvo al lugar inicial y vuelvo a explicarle a la misma dependienta lo ocurrido, preguntándole si era posible averiguarlo, admitiendo que la culpa es un poco mía, pero que no entiendo como no es posible encontrar un libro apartado, sino se tiene el número de código, pero si mi nombre y el título y mi teléfono. Me dice que no, sin molestarse, a mirar más. Y no había cola. Me emplaza al encargado, que es un tío que está enfrente, sentadito el señor él solo ante un ordenador. Un tipo de unos cincuenta, casi como yo. Desde que entré hasta ese momento, han transcurrido más de veinte minutos. Voy allá. Le explicó al encargado-previo saludo, Hola, sin respuesta, sonrisa sin reflejo-, tal y tal.  El tipo mira en su ordenador, verifica mis datos:¿ es usted tal, teléfono tal y carnet tal? Si, le digo. Se levanta. Va hacia la dependienta que primero me atendió…y ¡milagro! Detrás de la dependienta, hay un armario de color blanco. Lo abre. Hay cuatro libros-literal cuatro libros-, extrae uno. Lo mira  y es el mío. ¡Mi libro! Dios santo. Esperen. Vuelve hacia mí, me pregunta si soy yo, el tal y tal. Algo que me ha preguntado, hace apenas tres minutos. Sorprendido-y tratando de no enfadarme-le digo que soy el mismo, que ya se lo he dicho y que lo verifique. Le enseño el DNI. Es increíble. Lo verifica y me dice que vaya a caja, es decir el lugar del principio, para corroborarlo y llevarme el dichoso libro. Hago eso. Al final, pago y me voy. Ha transcurrido una hora.
Es cuestión de actitud, ¿o no?
Otro ejemplo:
Comunidad de vecinos. Somos seis vecinos. Menos una señora que han echado, porque la pobre se dedicaba al noble menester de ser masajista y mantener a sus dos hijos. Bueno. Algunos vecinos, prefieren subir por las escaleras, antes de coincidir con uno en el ascensor. Es molesto ese espacio y lugar sin decirse nada. Apenas nos hablamos. Cuando hay un problema, van a tu rellano, llaman a la puerta y te hablan en el rellano. Todo el mundo lo oye. Les invitas a entrar, pero es como si les sacaran una muela. No quieren, entrar, pues se sentirían obligados, a que cuando tú vayas a su rellano, ellos invitarte. ¡Oh, sublime violación de la intimidad y de sus aposentos!
Siguiente ejemplo.
Voy a la Otg, pido tal y tal. La funcionaria que me atiende, me dice que ella se somete  la legalidad y aprieta una tecla, para quitarme el subsidio. Ella no es responsable, dice constantemente. Ella no hace las leyes. Ella hace su trabajo.
En el gimnasio, me avisan de que debo renovar mis datos, como parado, porque, es un gimnasio municipal, y pago una cuota especial como parado. Se han cobrado el mes-24 euros-, y cuando voy acceder a las instalaciones con l tarjeta me han  obstaculizado el paso. Me dicen que debo renovar los documentos “que ellos no tienen la culpa, que es el ayuntamiento, “etcétera. Pero me han bloqueado el acceso y me han cobrado previamente, eso sí. Se pasan todo el rato diciéndome lo mismo: ellos no hacen las leyes…es la actitud: si me hubieran enviado un correo electrónico, avisándome, no hubiera sido necesario, tanto gasto inútil de energía. ¿Por qué no lo hacen? ¿Por qué no saludan? Por qué los del turno de la tarde me piden los mismos papeles que los el turno de la mañana, y no existe comunicación entre ellos y por qué la empleada de la tarde me dice que es para que ella no pierda los papeles… ¿Cuál es el problema? ¿Es mi problema?
Es la actitud.
Aquí todo el mundo se queja, de los políticos, de la policía, de los bomberos, de la crisis, de los demás…y siempre tienen la culpa, los de, Más allá-…debo estar en otra dimensión. ¿Y la gente porque no se responsabiliza y actúa?  Por qué siempre la culpa es de otros. ¿Por qué hemos llegado a este punto de desidia y dejadez, de corrupción y degradación? Por nuestra actitud, yendo a la nuestra, pisando antes de  que nos pisen. Por qué en nuestro trabajo en vez de revindicar nuestros derechos, trabajamos más, para que no nos despidan y gratis. Maltratamos o intrigamos contra el compañero…es la actitud.  La actitud de todos: Del Presidente del Gobierno, que vive en su burbuja y está instalado con cretinos y cretinas en su parcela de poder. De la señora Cospedal. Del señor Barcenas, que es el claro reflejo de la actitud de todo el gobierno y de este pueblo que voto mayoritariamente a unos cretinos-da igual sean del PP, que del Psoe-, porque pensaban que los “que tienen la pasta, van a solucionar el problema. Solo un pueblo de cretinos y mal educados, de actitud nefasta, y poco realista puede creer eso. Del señor Undargarín y su señora mujer, que se creían por encima del bien y del y que no les va pasar nada, del señor Fiscal que ha sido presionado para recurrir la imputación de la señora Infanta, cuando jurídicamente es casi imposible…Y así vamos, por la actitud. Es por donde empiezan todos los problemas…por la actitud.

Para opiniones: Frenetico40@yahoo.es

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