martes, 5 de marzo de 2013

SOBRE EL POZO DE JOSÉ MEMBRIVE



        
                  Artículo de Damián Patón Fernández- marzo 2013- Barcelona.

El pozo, libro de poemas. Autor: José Membrive, publicado por Ediciones Carena.-2009

Ahora lo sé, la sombra es el verdugo… (Del poema; Maldición, pagina 19-El pozo).
De todos los libros de poemas que he leído a lo largo de casi mis cincuenta años de existencia-, no sé si viviré otros cincuenta para seguir zambulléndome en la poesía-, tal vez, con mucha diferencia, este es el libro de poemas diferente al resto de todos los leídos. No es un ejercicio de inmersión en el personaje que habla metafóricamente en poesía de su locura, de sus delirios mentales…es una inmersión poética en la mente del personaje. Sabemos que es real, que ha existido la persona cuya zozobrante existencia llena de dolor y luces cegadoras, habita en estas páginas. Sabemos, que el autor la conoció-y no voy a remarcar este aspecto-, pero lo que no sabemos y sin embargo se trasluce, es como es posible que José Membrive, se haya metido tanto en la mente del personaje, hasta el extremo de jugar a equilibrios harto dolorosos y harto complicados. La poesía que está en la mente de la enferma mental, no solo describe una experiencia psicótica perfecta, alucinaciones esquizoide-paranoides y un mundo elaborada, para fortificarse contra el síndrome de la realidad conjunta de la mente de los otros y contra la hipotética narración ajustada del mundo de los otros, que es la realidad que tejemos y que la poesía que esta el servicio del personaje desvela, que no intenta. Hay tanto dolor, hay tanta capacidad de mimetizar, que me deja asombrado. Probablemente el personaje ayude a la poesía-, en este caso ésa sí, incluyendo que José Membrive pueda quedar en este lado, como alguien secundario-, pero el autor ha penetrado también en la realidad de su personaje poético-real, que al final la poesía rebaja la espuma del dolor y transitamos en valles siniestros, en lugares dónde la mente de un enfermo mental ve en blanco y negro y en color, el mundo que habita en su cabeza y que proyecta en la realidad cotidiana, viviendo solo su fantasía y mezclando a veces ambas. José Membrive demuestra una gran capacidad poética, instrumento que en ocasiones podría írsele de las manos si hubiera sido un poeta más visceral, mas temperamental…sin embargo domina la temática y la poesía revela esas zonas oscuras, y no le estalla en las manos. El dolor habita como una sombra. Los traumas de la niñez, así como los abusos sexuales, sufridos, el embarazo del personaje femenino, surge adecuado, adherido a la experiencia que se cita y a veces cayendo en el peligro demagógico de convertir en poesía un cuadro clínico, con un colorido de luz abrasadora, logra Membrive salvar la poesía y convertirla en un relato poético coherente que puede leerse despedazado pero adivinando su estructura. El pozo, es un mapa geográfico de poesía, donde una suave tormenta de versos, de amor y mucha frustración, nos cuentan una historia sin salvación posible, encaminada hacia la autodestrucción. Un canto de llanto callado. Purificación. Catarsis.

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