martes, 11 de septiembre de 2012

MERITOS AJENOS/MALES PROPIOS

Un articulo de Damián Patón Fernández, sobre los premios literarios y otros males mayores del caracter latino. El articulo esta registrado en la propiedad intelectual,a si como todos sus derechos reservados.





                                 MERITOS AJENOS/
                                    MALES PROPIOS

                            DAMIAN PATON FERNÁNDEZ

Yo, que nunca he ganado un premio literario, que jamás he sido condecorado por mérito alguno-, en  este caso la literatura-, me preguntó, ¿Cuál es el problema? Si bien es cierto que no todos pueden ganar, uno sospecha que siempre ganan…los más ajustados al prisma del sistema o al prisma que tienen del sistema quienes conceden ese premio. Cuando leo algún libro, cuento o lo que sea de algún colega de la literatura al que dan un premio, siempre me pregunto… ¿Cuál era el mérito? La mayoría me gustan de manera suficiente. Otros se hacen pasables. Y una minoría me es imposible siquiera leerlos con piedad. Mirando hacia otro lado. Supongo que a los demás les puede ocurrir un tanto con mi literatura…pero siempre que leo, necesito que me conmocioné, que me despierte, que me sacuda…en el noventa y cinco por ciento de los casos, todo lo que leo, es aguado. Tengo la impresión de que está escrito para gustar a la mayoría, que no tiene juicio. Está escrito para ganar mucho dinero y sobre todo fama. Nada que ver con el arte. ¡Hay tanto de eso en el panorama literario actual español! ¡Tanta mierda de novela histórica, tantos subproductos! Se pueden escribir esos productos o subproductos, pero demostrando que uno hace arte, crea arte…y ese es el problema...La mayoría de los que han recibido condecoraciones, premios por sus méritos o capacidad artísticas…tuve siempre la impresión de que no era asi…de que era una forma de domeñar, de rebajar el valor del arte…de que esos juradillos, han premiado su visión cursi y hortera de lo que es contar una historia…parecen que leen prensa amarilla o rosa. Folletines al uso. Me han parecido premios dados, por intereses, por amiguismos, etcétera. Muchos diréis. CLARO, COMO TÚ NO LO HAS RECIBIDO…SINO YA VERIAS…no creo que eso sea posible en mi caso. Yo soy escritor y si me dan un premio, él que lo conceda ya sabe a lo que atenerse y por supuesto, bienvenido sea…uno está harto de ser ninguneado. Yo escribo para abrir la mente, para sacudir. Yo creo arte. Yo escribo, indistintamente del género que sea, haciendo literatura. Y no soy ni mejor ni peor. Guste o no, al personal. La mayoría de los jurados de los que conceden premios literarios de cualquier categoría, suelen ser   chupantintas que tienen un puestecillo y un punto de vista bastante conservado. Son  estrechos de miras, suelen premiar, a una literatura que encaja en su óptica generalmente conservadora. No crean ustedes que se desgarran las vestiduras por el genio excelso de algún desconocido, que les ha estremecido con su literatura oculta. No que va. Son cínicos, que primero piensan, que lo importante es “lo políticamente correcto”, que quizás conocen al autor o que es amigo de alguien más importante que él y dándole un premio, también él gana el suyo. Tal vez, ocurre que saturados de leer tantas cosas, malos, buenas, imposibles de leer, han tirado por el camino de en medio y ya hartos de tanta letra, premian lo que sea. Generalmente son elitistas y bastante gilipollas y cursis…y están satisfechos con su posición de poder que estrecha aún más su óptica general. Y por último, quizás medie la divina providencia y premien algún cuento, novela, relato, poesía, guión, pieza teatral o lo que sea, porque les ha llegado a todos al corazón…a ese corazón que les late en función de sus intereses. Un sístole y diástole bastante palpitante, cuando la ocasión lo requiere. ¿Dónde están los Henry Miller, los Dostoievski…etcétera? Alguien que escriba cuentos que te abran la mente. Te revuelvan las tripas, te hagan sentirte como en casa…. Sucede, en general, que existe otro rasgo sádico…cuando esos genios que habitan en los jurados leen algo que les sobrepasa, se asustan y dicen: si le doy un premio a este en la votación, junto con los otros, este mas genial que yo, puede quitarme mi puesto y a los demás…… al final no prevalece la literatura, no prevalece el arte…

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