viernes, 6 de junio de 2014

AGRADECIMIENTO DEL ESCRITOR EN LA SOMBRA



Artículo inevitable de Mikel Goldstain y su séquito/Reservado todos los derechos y demás.- Junio de 2014- Barcelona.

Quisiera ante todo agradecer a todos los que en algún momento me han apoyado y no lanzaron mis escritos al cubo de la basura y jamás me ningunearon o fueron malos compañeros de trabajo. Agradezco profundamente al personal, que entraba y salía de los retretes públicos que siempre me daba las gracias por mi labor o me miraba como una persona y no como a la mierda, vómitos y compresas usados que yo limpiaba en tales lugares y que sin gente como yo, probablemente este mundo de engreídos, prepotentes, chulos y  uniformados tendrían que limpiarse la  propia mierda y el detritus que dejan por ahí, ellos solitos. Agradezco, por encima de todas las consecuencias a los editores sátrapas que me permitieron pagarme mis coediciones  y me obviaron una vez cobraron.  A los desmesurados lectores que me llamarón pervertido, desgraciado, inútil y “fill de puta escriu en català”. Agradezco a los pocos que me han leído su encomiable labor de poder empaparse de mi propio mundo personal, porque a ellos les debo gran parte de mi esfuerzo. También, agradezco a todos aquellos con los que compartí, café, té, sombreros, hoteles y sexo de  contrabando a hurtadillas con mujeres de todas las razas. En especial, las mejores mujeres que saben amar, son las españolas y las mejicanas. Pero no se lo digan por favor a las que solo se prostituyen en matrimonios de alto standing. Inevitablemente, me siento infinitamente agradecido a las poetisas con las que colaboraba y se creían las más guapas del baile y llamaban a los hombres salidos y coqueteadores y si les decía algo, se sentían como si les trataran como un trozo de carne, tratándote a ti, como si fueras exclusivamente una inmensa polla que buscaba su hedionda vagina. Esas son las decentes, las arpías, las peores putas. Las que, y soy vulgar lo sé, les huele más el coño, que a las otras. Quiero dar las gracias a los que supieron soportarme y me cedieron el paso y yo les cedí el paso. A las mulatas y las blancas europeas que bese en cuartos mal iluminados a lo largo de este veinte años, desde la Costa Brava hasta la Tierra del Fuego. Ellas sabían besar como solo saben besar quienes usan los labios para algo más que para silbar y susurrar palabras al odio. Quiero agradecer a los buenos y a los malos y al croupier, que jugaran bien el rojo, el azul y el negro. Agradecer a Cervantes, Toltoi, Henry Miller, Delibes, Valle Inclán, Luis Vea, Albert Calls,  y demás su literatura. No voy a estar perdiendo el tiempo en leer a los mismos de siempre. Doy las gracias a todos los amigos que son mis amigos-muy pocos- y a todas las mujeres con las que me acosté, sin la desdicha de sentirme, como un trozo de carne que abusa de ellas. Gracias por ser amables con este escritor en la sombra.

SKYPE: damian48518
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