jueves, 19 de julio de 2012

MIRADAS

MIRADAS DE Mikel Goldstain.



Con mi nueva mirada de todos los días-, cuando salgo zambulléndome de las oscuras lodosas de la oscuridad, de la depresión post-morten, de las lodosas aguas de la indiferencia-, con mi nueva mirada, pero antigua visión, os digo, he visto bien claro, que el mundo no es lo que yo “quiero ver”. El mundo es solo un plano, donde todos los caminos convergen en un solo punto: la suprema realidad que todos mezclan con la paleta disociada o asociada de sus colores. No existe una sola realidad. Existen múltiples realidades, que acaban componiéndose en una sola realidad: la paleta de colores…la mezcla de colores, hasta el siguiente advenimiento del nuevo color, mezclado por el nuevo pintor. Cada tiempo tiene su realidad, pintada por su nuevo pintor supremo.


Esto son tiempos extraños.
 Nadie mira a nadie a los ojos. Todo el mundo habla a solas con otros, a través de una pantalla, por las redes sociales…hacerlo cara a cara, es casi una violación. Una usurpación del territorio. Son tiempos patéticamente malignos. Se desprecia al otro, y a pesar de que existen muchos medios tecnológicos de comunicación, para comunicarse y conocer quejas y causas, nadie atiende…nadie. Se escucha, pero no se oye. Se mira, pero no se ve. Se observa, pero no se contempla. Se habla, pero no se dice gran cosa. Se toca, pero se siente. Hay placer, pero sin sentimiento. Se llena el vacío con formas sin contenido. Y la alegría se confunde con la última compra, con vacaciones paradisíacas. Y la soledad es un castigo. La indiferencia funciona a plena marcha. La palabra amigo se utiliza, para nombrar acciones en las redes sociales, en los que la amistad no existe, es solo un puro tramite. Todo esta muerto, pero sin vida, sin muerte.


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