Inmaculate stone
Bajo todos los rostros
Pétreos raíles de lluvia desgajada
Crucifixión de todas las muertes
Que lamen los argentos perros de llagas rosados
Inmaculado como niños no nacidos
Piel de sufrimiento eterno
El látigo y la brea
El perro de llagas iluminado
Y las nubes que huyen de cielos quebrados como este
Abajo
Bajo el detritus
En los senderos del oscuro sentido de todo lo sentido
Amarillo como el trigo rebelde
Decapitado por la guadaña de la vida
Cuando los centuriones devoraban a los peces de cristal
Y fornicaban
Los impotentes
Como inmaculadas vírgenes
Que jamás tuvieron penes de marfil
Abajo que es siempre arriba
Las piedras inmaculadas han reinado por los siglos de los siglos
Las piedras
Y solo las piedras
Se han atrevido a bostezar
Cuando sobre sus cascarones etéreos
La sangre de los inocentes se derramaba
Y este es el gran crimen:
La especie humana.
Inmaculate stone
Four you
Dead
Very Bad
Princesas erectas
Bajo los tumultos de vestidos rosados
Princesas a quienes los pajes practicaron largas fellatios
Y todo el semen cubre
La tierra
Y los estremecidos guijarros
Y los estremecidos huesos de esta inmaculada prosa
Un día me quedé sin alma,
había comprado un esqueleto chino en una caja de bambú,
un cuervo
y una pistola de oro bañada en el arsénico de pasiones que matan:
siempre me gustó el café solo y un sombrero solitario en un salón de té chino;
amantes de saldo con profilácticos
para protegernos de los males mayores
y las vírgenes venéreas.
Un día me quedé, sin alientos y sin trucos
para soportar la magia de cada día,
eso también es verdad,
os lo juro manejadores del hurto,
por eso alquile una mandolina y un asesino que me siguiera los pasos como a un niño turbado por la ausencia de sus padres.
Un día sentí la soledad entera en mí,
pero no le hice mucho caso:
a veces me masturbo con Dios en una esquina
y disparo por doquier con el arsénico de mi pistola agusanada.
Y es verdad que no me gusta mucho la gente,
soy capaz de beberme una taza de tabasco
y fumar pimienta como un coronel a batida y en retirada:
esos ojos de batido de ron y labios de crema de tabasco.
Duermo en restaurantes chinos y tengo el sueño del peyote;
estoy a apunto de alumbrarme a mi mismo.
Pero un día me iré de aquí,
para morirme de verdad en compañía de mi mismo.
Ven conmigo a descubrir islas imposibles,
Si es que las hay.
Navegaremos en canoas hacia el Poniente
De un crepúsculo ilusionado por el viaje imposible.
Sabes de verdad que el descubrimiento
Hoy día,
Solo es posible en nuestro adentro
Ganaremos la libertad con la fuerza de mil pulsos
Acaso un réquiem de revoluciones futuras
Para nuestros hijos
Y de aquí
Hasta que la especie humana se vaya a donde justamente se merece ir.
Pero mientras descubramos islas vírgenes
Navegando en ríos de peceras
En canoas de amor,
Voy a plantar la semilla de la revolución del siguiente minuto
No de mañana, ni de pasado mañana.
La isla sin tesoro.
Yo soy el tesoro de todas las islas.
Reservado todos los derechos@, en la propiedad intelectual. Del libro de poemas de Damián Patón Fernández: PALABRAS DE LOS DIOSES. Para contactar con el autor, su correo electronico: Frenetico40@yahoo.es.
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