ASCENSIÓN Y CAÍDA DEL MUNDO MODERNO
(29 de enero de 1992)
En el año noventa y tantos,
Allá en la alegre abadía de Ripoll,
Funcionaba un matadero municipal.
Y todos los días de año Nuevo y fiestas de guardar,
Se crucificaba a Cristo Bendito,
Para gusto y fervor de los ciudadanos.
A Cristo lo empalaban,
Cual vieja res tullida.
Y era arrojado en la cruz de amianto y sagrado fuego,
A través de las cloacas.
Atemorizado y cubierto de llagas.
En el año noventa y tantos,
Igual aquí, como allá:
En nuestra ciudad de Badalona:
Los parados ansiaban trabajo y porvenir,
Dueños de existencias sin futuro.
También, también -lo sabéis como yo-, ésta es otra forma de crucifixión.
Pero la vida es así.
Los hombres de Estado tienen derecho a hablar.
A defender sus causas.
A llorar ante los electores.
Los hombres de Estado,
Viajan desde Badalona a Singapur.
Desde Barcelona a Nueva York.
Les asisten Reyes, Gobernantes, Cñónsules…
Y ellos hablan y hablan,
Con su patatín y su patatán,
Con sus fieles monjes que crucifican a Cristos
Y todo el elenco de putas y putos servidores.
Con sus rayas de coca y programas de mercado electorales.
Con sus hijos estudiando en escuelas de alto estanding.
Y cercanos ya, al dos mil
(Sobrepasados por el dos mil);
La miseria es la misma.
La decadencia aún más presente.
Los caballos reales viven con placer la indiferencia.
Los elefantes mueren en cementerios de pequeños cristos jorobados.
Y las ancianas escupen vigorosamente en los rostros de Lazaros,
Heridos por las barras de la justicia.
Pero …los que estamos abajo,
Sabemos que nos darán el pasaporte
Para el cero y la Mordaza.
Para el Cagadero y el amanecer sangriento.
Los que estamos abajo,
Damos las gracias por nuestra incompetencia
Y nuestra insolidaridad,
Y besamos el culo a cualquier hijo de puta.
El milagro es este:
Morirás bien y conformado.
Reventar como los ricos.
Vivir de la mentira democrática del consumo.
Y crucificar a un Nuevo Cristo,
Sea cual sea.
Es importante tener el billetero lleno.
Mañana, siempre pobres.
En los alegres mataderos de la vida cotidiana;
Bestias y alta tecnología,
Niñas de azúcar.
Ancianos que sueñan puentes dispuestos para el suicidio.
Ancianos que sueñan puentes dispuestos para el suicidio.
Y la muerte lee las páginas de nuestra vida.
Acorzados y buques.
Cargueros y puertos de mendigos.
Bloques de pisos y calles de penuria.
Oficinas del estado.
Escuelas de informática.
Casa de putas para todos y también
Para los que nunca fueron.
Facultades de ciencia y sin conciencia.
Sobrepasados el dos mil,
El hombre es el mismo;
Necio como al principio.
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