DIARIO DE
ALGUIEN 8
De vez en
cuando, salgo de mi mismo y entró y salgo. El pasado me bulle en la cabeza. El presente
me llena el instante y el instante se llama futuro. No sé…soy yo mismo, un
mundo entero dentro de mi cabeza. Uno puede volverse loco, de veras sino
conduce los vertiginosos mundos que tiene dentro. Pero dentro de mi vida, están
las tragedias que oculto y golpeo con un látigo para mantener las heridas
cerradas…falsamente claro. Cuando intento escapar de mis miserias, veo el mundo,
pero el mundo no me ve a mí. Soy como una cabra, que estrella sus cuernos
contra el duro muro de la realidad. Yo ya no soy más que mi miseria y mis
rencores. El odio y el dolor. La miseria que me cubre. Soy los excrementos de
mi realidad. Que estoy loco, ya lo sé. A veces, me dan ataques de locura en
medio de la realidad cotidiana. A veces, en la calle, me lanzó como un poseso
contra mi mismo y me persigo, a mi mismo, ante la estupefacción del personal
que me mira. Me acuchilló hasta arrojarme por el hueco de la escalera. Suicidio
en medio de la vida. Suicidio…suicidio. Así se suicidó el marido de mi prima.
Decidió suicidarse, para no matarla a ella y su hija; lanzándose por el hueco de la escalera. Fue el mismo
suicidio que vi.; hace muchos años. Un pobre tipo se lanzó por el hueco de la
escalera del hospital, reventándose contra el suelo, convertido en un muñón
humano deformado. Una mujer, picada por la curiosidad, decidió mirar y sufrió
un infarto. Si, a veces, abro las
compuertas enloquecidos del mar de mi locura. Escribo y escribo y dios me
escribo y escribo a dios, para que el diablo le redacte lo que yo escribo. Dios
no está con nosotros. Dios es una mala puta. Dios vive en un burdel. Dios
recibe en un burdel a los seres humanos y se deja que se la metan hasta el fondo
o le den bien por detrás, los santos seres humanos. La iglesia ha cometido
crímenes atroces, junto con los militares y la policía y siguen hay. El caos,
esta llamando al orden a batirse en retirada. La locura llamea por aquí.
Recuerdo…recuerdo…una vez, hace siglos buscando empleo, le pregunte a una
teleoperadora, que me llamaba, donde podía encontrar empleo. Me dijo que fuera
a su empresa. Yo fui, creyendo encontrar a esa persona y me encontré con dos tías,
que sin venir a cuento, me trataron muy mal.
Aquello me humilló y sigue llameando en mí. En todos los burdeles: los burdeles
de la policía, los burdeles de los chulos que trabajan en justicia, los sátrapas
funcionarios-esa escoria-, los burdeles de la sanidad, los burdeles del
gobierno y el gran Burdel Sagrado de Dios que espera a los seres humanos
abierto de piernas o de culo, bien limpito-no queremos oler su orina o el hedor
de su culo-…los burdeles están follandose a dios, sin venir a cuento. Y Cristo
que está en la cruz, y a quien la santa madre iglesia mató, con la inquisición-mató
a tantos inocentes y con tantas envidias -, ha saltado de la cruz, para irse
por patas…uno puede resucitar al tercer día, pero coño…al sexto, ya no es
posible. Te pudres y Lázaro no es eterno. El rencor fluye en mi, como un río
negro, como un río lodoso, como las aguas de las alcantarillas, como si este río
lodoso de excrecencias mal oliente, empantanado, posara sobre mi los sedimentos
de cristales hirientes, que apestan a dolor y alegría muerta. Ya no creo en
nada. Soy un parado en la Tierra de promisión. Todo se compra y se vende, pero
existe el Gran vacío espiritual. Estoy muerto y vivo, por que tengo que vivir.
Soy el zombi numero mil...
Autor:
Damián Patón Fernández
Estado: Público
N° de páginas: 402
Tamaño: 150x210
Interior: Blanco y negro
Maquetación: Pegado
ISBN: 978-84-686-0115-1
Impuestos y envío no
incluidos
Palabras clave: espejos trucados
Los espejos trucados
Estado: Público
N° de páginas: 402
Tamaño: 150x210
Interior: Blanco y negro
Maquetación: Pegado
ISBN: 978-84-686-0115-1
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La novela arranca con el asesinato de dos niños, ocurridos
cuarenta y cinco años atrás… en 1963. Es el primer comienzo. El segundo comienzo
es el suicidio de un alto ejecutivo: Albert Iniesta. El tercer comienzo se
enfila en otro ejecutivo: Roger Derby, quien dirige la sección de seguridad de
una gran multinacional. A partir de ahí, se le asciende de cargo y recibe el
curioso encargo de investigar el suicidio de Albert Iniesta, antiguo amigo suyo.
Desde ese momento la historia gira en diversas direcciones y deriva hacia atrás:
el suicidio de Iniesta implica, sin poder evitarlo, en el asesinato de los
niños, ocurrido cuarenta y cinco años atrás. Por eso, Derby no es el único
protagonista… sus otros protagonistas, Lorente y Arguemisa, avanzarán hacia el
asesinato de esos niños, contratados para averiguar el tercer suicido, el de
Roger Derby. El final de la novela en realidad son tres, como los tres inicios,
partiendo siempre desde el mismo punto de partida. No es un gran misterio, son
algunos misterios. Es una novela, creo, fácil de leer y de factura muy sencilla.
He creído necesaria esta breve y concisa sinopsis.
Clasificado como: Narrativa ›
Novela Palabras clave: espejos trucados
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