Artículo de Mikel
Goldstain/ reservados todos los derechos/ Abril de 2015- Barcelona.
La vida te sitúa, en
esa órbita a veces, en la que te convences de que tienes buena o mala suerte.
Lo más sencillo, lo obviamos: no hay nada
como la salud y ser feliz. El otro día, mirando fotos en Facebook; vi fotos
de gente, que me recuerda al asco que me produce la mezquindad humana. He llamado a muchas puertas como escritor desconocido, como escritor en la sombra. Muchas. Me han
ninguneado y despreciado hasta límites incoincidibles. Esto ya lo he dicho en numerosas
veces. Una de las últimas, tuvo como protagonista a una señora, que vive en una
región de Andalucía. Una señora que
se prodiga así misma, poniendo fotos de sí misma en numerosos eventos, en la
que ella es la homenajeada, premiada y laureada. . La tal señora-vamos a llamarla, respetuosamente así-, conduce un programa
de radio, una web y demás. Le envíe un ejemplar de un libro mío, descatalogado
y en fin, lo obvio. Esto él lo más normal. Lo que no es normal es lo que
sucedió. Me prometía aquello y lo otro, sin cumplir. Yo no presiono. Quien
quiera leerlo que lo lea. Ella no me pidió
el libro. Yo pregunte ‘y ella aceptó gustosamente. Fue bastante miserable su
actitud. Me ninguneaba y se mostró
altiva y orgullosa. Este hecho es meramente ilustrativo. Una nimiedad con otra vicisitud,
que me sucedió hace un par de años. Me presentaron
a un tipo del barrio, que escribía como muchos, como yo. Un tipo calvo y que
parecía simpático. La razón de conocernos tenía que ver con escribir un libro
sobre Barcelona. (Se escriben tantos). Quedamos en vernos. Yo le regalé un
libro mío y él, uno suyo. Al final, le invité a cenar a él y a su pareja. Todo
fue bien. Normal. Y no volví a saber nada más de él, a pesar de toparme con él,
en el barrio. Ya saben ustedes que existen medios
de comunicación: correo electrónico, Facebook, teléfonos móvil y fijo,
videollamadas, etcétera. Pero además si te lo encuentras en el barrio y m iras hacia otro lado, sin razón
objetiva alguna…. Bueno, decidí pasar de todo. Hete aquí, que coincidimos en la
Primera Jornada de Escritores de Horta-Barcelona-. Por causalidad en la
programación de presentaciones, yo estaba antes que él para las firmas y él, después que yo. Lo más repugnante de todo, es que cuando acabé mi
turno; él tipo estaba esperando detrás de mí, sin saludar, junto con su pareja,
sentada en un banco con cara de mala hostia. El tipo rodeo la calle y se ocultó,
para ni siquiera saludarme. Fijaos bien
en la mezquindad humana: le invité a cenar, en una cena normal, simpática en la que él prometió, devolverme la invitación y demás a su casa.
Nunca tenía tiempo para leerse mi libro-yo nunca le pregunté-, pero él en
cambio, constantemente, preguntaba, si me había leído su libro. No hubo ningún
conflicto, no hubo nada más que lo que cuento. Créanme, en cuanto a la
mezquindad humana, todo es posible. He visto al tipo calvo en asociaciones de escritores,
haciéndose fotos. Poniendo reseñas de sí mismo, llamándose escritor. Cuanto más
poder, más cerca se arrimaba. Pero obviaba, un gesto amable, amistoso, que no
tiene nada que ver con la literatura, sino con las personas. No era más que
eso. Nada más que eso. Créanme si para ser un artista-, en este caso un trepa, personas
que ansían el poder-, uno tiene que comportarse así, es mejor cerrar el
chiringuito y retirarse a los cuarteles de invierno. Otros sin embargo son más amables.
Los lees, te responden a los correos, pero nunca preguntan por tú obra. Ni les
interesa. Les interesa que tú leas su obra, por eso están atentos…Por una cuestión de ego. ¿No les parece
triste y patético?
Email :mikel.goldstain@yahoo.es
Skype:damian48518
No hay comentarios:
Publicar un comentario