Artículo de
Mikel Goldstain- 30/11/012 Marcelona
(Todos los derechos reservados).
Uno no sabe
por qué, pero siente un vacío que no tiene precio ni venta.
Uno no sabe
por qué, pero aquí todo se compra, menos las flores que tiene dentro, menos lo
que hay dentro de uno. La vida tiene más de un sentido y a veces esos sentidos
van en contra corriente.
Nadadores
del día a día, que cubren el mar pequeño de piscinas de casa, familia y amor.
Uno no sabe por que, pero no hay tasa ni valor para lo que le gritan las entrañas.
Y que se mueran los banqueros,
y la
sociedad de consumo; el fútbol, el sexo, las política y el pan nuestro de cada día
de los pragmáticos que matan los sentimientos y las emociones, por el pan
nuestro de cada día, como si el hambre solo se calmara con un buen banquete y
dinero contante y sonante en la cartera y la cuenta bancaria…Existe algo mas,
aunque te enmudezcas , aunque cierres los ojos, aunque mires hacia el otro lado
del espejo.
Siempre hay
algo más y se enciende la luz de alarma y lloras como un niño a quién le han
suspendido por haber estudiado no demasiado sino la asignatura que le gustaba. Uno
siente ese vacío, que se bailaba al son ciego del batallón, ni es derecha ni
izquierda. Ni lo calma Dios, ni todo el dinero, ni todas las mujeres, ni todos
los hombres, incluso los mas supuestamente felices y dichosos, sienten ese vacío
y sino que se le pregunten a las putas que les pago para que me den sexo por
amor.
Todo es de
compra y venta. Todo está en el escaparate, menos lo que tenemos dentro, menos
lo que sentimos. Menos eso, por que no hay manera de domar al salvaje caballo, de
los sentimientos y la búsqueda del imposible sentido para descifrar de la vida: y que le
vamos hacer si hemos nacido para morir. Lo único que da sentido a ese corto trayecto,
a ese vil trecho…no son los nacionalismos, ni las religiones,
ni el tabaco,
ni las drogas, ni el alcohol. Inevitablemente un día abres los ojos y te dices:
-Joder, me
estoy muriendo. Joder que pasa, solo trabajo, compro, me voy de juerga; mujer,
casa, amigos, amantes…dinero, pan mesa, cines, fiestas…pero hay algo mas , algo
que no tiene nada que ver con todo eso…Y ese algo, aun afortunadamente no se
puede comprar.
Eso es lo único
que nos diferencia del nacimiento y la muerte; la eterna transición. La
facultad de preguntarse. Y la revolución dentro de nosotros. Luego a morirse,
luego a disfrutar en la salud y en la enfermedad.
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