Reservado todos los derechos/Artículo de
Mikel Goldstain/ Mayo 2013 Barcelona
BIEN, vale ya de
quejarme.
Para ser solidario, no
es necesario ir por la vida dejando la alforjas en el camino, sonreír a todo el
mundo-, me imagino, que si sonríes a todo el mundo, se le puede a uno
desfigurar la boca y quedársele un rictus bastante sarcástico. Es terrible
pensar en alguien que parezca siempre sonríe. ¿Se lo imaginan sonriendo
forzosamente en un funeral, mientras todos lloran?-…Ser solidario no es ,
derrochar amabilidad hasta el agotamiento, recibir al amigo inoportuno en medio
de la noche tempestuosa, dar todo lo que tengas al yonqui, al ladrón, al mendigo. Ser solícito con el inmigrante, con extranjero
de otras etnias. En fin…darlo todo y quedarte sin nada…
¿Eso es
ser Solidario?
Ya me estoy quejando
otra vez. Todo el mundo sabe, que esa es la imagen vendida por la televisión,
por los poderes facticos: SOLIDARIO ROMANTJICO EN UN CAMPO DE ROSAS DANDO DE LO
QUE LE SOBRA AL MAS DESVENTURADO…claro
que…es falso. A los poderes
facticos le interesa esa solidaridad ñoña y cursi, para que todos los pobres de
la Tierra no se les echen encima, a los super-ricos. La solidaridad es dar de
lo que tienes, no de lo que te sobra. Es compartir. Todo el mundo sabe-además
por experiencia propia-, que la solidaridad empieza por uno mismo, en la plena
y dolorosa y alegre aceptación de sí mismo, y en el ejercicio cotidiano de
convivir-, nada fácil-, con la pareja, con los hijos, con los amigos; los
compañeros de trabajo, el vecino, el extraño; la cruel enfermedad, la soledad,
el desprecio o la muerte inminente.
Ser solidario es algo
muy, pero que muy distinto a un personaje romántico de televisión y demás.
La solidaridad es dura,
y admite que el sentimiento de culpabilidad, que nos impide en ocasiones no
reconocer que somos humanos, que cometemos mezquindades en ocasiones, que…lo
queramos o no, hay gente que nos gusta y
otras no. Qué ir de santo por la vida es tan ridículo como ir de listo o de
malo por adelantado, por si acaso para prevenir ataques de los otros. La
solidaridad no se viste, ni se escribe en los salmos, ni es propia de la religión…incluso los ateos son solidarios… ¿O que
se creían? La solidaridad no es hermosa siempre. La solidaridad también reconoce
que el amigo es a veces, pesado o uno mismo, es inaguantable e intransigente.
De modo que también necesitamos un correctivo, cuando alguien querido nos dice
que mi actitud fue incorrecta, aunque me escueza. La solidaridad no es creer
que todos los blancos son racistas y los negros y los árabes no. Tan
intransigentes son unos como otros en su contexto, y en suma, en todas partes
existe gente buena y mala. La solidaridad no es el compromiso, sino la
convivencia. El duro y áspero, pero fértil, rodaje diario. Es la soledad y la
muerte, porque en la soledad, como en la muerte, como en la enfermedad, nos
medimos en nuestra talla humana y se miden los demás. Y eso de poner la otra
mejilla, no es dejar que te abofeteen, sino saber defenderte, incluso cuando te
han abofeteado. Reconocer que nuestros errores son así, porque tenemos
sentimientos y somos personas con nuestros MÁS
y nuestros MENOS. Las heridas, a
veces se curan sintiendo dolor. Hasta el ser más querido, más amado, puede
reunir insospechadas razones, para abandonarnos en medio de una situación
terrible, obedeciendo a mezquinas necesidades. Ser solidario no es un cuento,
es saberse medirse con el mundo y con uno mismo. Y comprendiéndose en el día a día…
Correo electrónico: Frenetgico40@yahoo.es
Skype: damian48518
La solidaridad a veces es un simple gesto de apoyo cuando los otros te necesitan. Porque, por encima de las cosas materiales, están los sentimientos, y en estos tiempos tan difíciles, a veces los otros no pueden dar lo que no tienen, en cuanto a lo material, pero un gesto, una palabra sincera, hacen que no nos sintamos solos en este mundo.
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