AMARGA PROSA
Hoy es el día del oscuro y el negro. Vivir la vida de los otros, con el arma secreta bajo el armazón. Mi alma se duele. Llueve, una lluvia corrosiva. Las salamandras, se agitan como escorpiones cercados por el fuego. Es como si muriera. Y la muerte es una función, amarga y purificadora. Moriremos, es clave, es verdad, es esencia…moriremos. Hay días en los que vivir cuesta. Otros días, la vida es una juventud, eterna, impagable. Un acto de fe, sólido como una catedral de luz. Como si Dios de verdad existiera y lo humano, no fuera Satán. A veces…solo a veces, me pesan los años como siglos, en el sustrato de esa gélida luna de mi norte equinoccial. Me cuesta vivir, como un patinador patizambo, en la pista de hielo deslizante de la convivencia ajena. Soy un volcán, de lava de hielo. Soy la rabia dulcificada del gato y el tigre. Soy la pantera que arde en la negrura elástica de si misma. Hay días, que mejor seria navegar en lo mas profundo del mar, sin horizonte a la vista…para que? ¿Vivir con los demás? ¿Para que? Otro día el futuro se acerca a ti, rendido y el presente es una pesada losa. Hay días, que es mejor salir con el cuarto creciente de la existencia. No hay que vivir rayado. La muerte es un gran néctar de la vida.
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