EN CASA DE LA SEÑORA IRMA
Damian Patón.-Febrero 2012
En casa de la
señora Irma, vivían en una intensa crisis permanente. Había dolor en su alegría
y vertiginosas miradas de aceptación. Pero la señora Irma, menstruaba, de modo
que su menstruación, se volvía un eco sensible, como un radar claustrofóbico en
las personas de sus hijas, que estaban viviendo la vibrante adolescencia del
fin de la niñez. La señora Irma, irritable, se cambiaba la ovulación, y cuando
llegaba su marido, como casi siempre al caer la tarde, su morbosa sensibilidad invadía
como un ciclón toda la casa. Sus ojos resplandecían y las hijas, atemorizadas, vibraban como cuerdas de
un arpa delicada ante los vaivenes de la madre. Allí todos padecían la menstruación, menos el padre, quién
recogido en su sensibilidad de otro mundo, se sentaba en el sillón e intentaba
escapar de un vacío, que lo atrapaba con su red, cualquier otoño, cuando
llegaba de casa y se preguntaba, si su vida, seria siempre así…siempre así, .Tenía salud y la fogosa energía de las mujeres, rodeaba aquel
escenario hogareño y lo poniéndole contra las cuerdas. Cada uno vivía sus
mentiras, y sus mentiras, antes del fin del mundo que conocía…televisión,
móviles, tecnología…Internet…por que cada uno, ocultaba el secreto juego de sus
emociones y sentidos. Todos estaban en crisis, una crisis profunda, una crisis
no solo material, sino espiritual.
Relato 2
La hija de Raúl
Martínez, estaba en disposición de casarse con el señor Alfredo, pero el padre
de la novia tenia serias dudas de aceptar este sacrificio, pues Ana, su hija,
de apenas veintitrés años, iba a casarse con el anciano giboso, que arrastraba
la pierna derecha y ostentaba un encorvamiento casi de pletórico joroba, una
gran cara de caballo.
IMPRESIONES ANTES DE TIEMPO
Que el viejo señor Arcadio fuera un
cerdo machista, no le exoneraba de tener una actitud, sensible, ante su propia
familia. Pero era un cerdo machista, al que le gustaba mostrar sus músculos y
mantener peleas con sus hijos.
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