La memoria había muerto. Los libros quemados en piras de fuego de las hogueras, del presente y del futuro y de la eternidad. La generación anterior, quedó sin la memoria de los libros y la generación posterior, vacía…solo heredó imágenes. Los recuerdos se dictaban desde el vacío y solo existían las imágenes, la pregunta era: ¿que historia, que identidad crear a través de las nuevas fabulas de imágenes sin palabras?. Seria mejor, buscar esbirros y siervos nuevos, para el nuevo paisaje y la nueva identidad, sin palabras...habría que construir nuevos dioses y mitos...como siempre.
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