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reservados. Artículo de Mikel Goldstain.
24 de marzo de
2014-Barcelona
Todo lo que sucede
habitualmente, es inmoral, versus ausencia de ética. No, no voy a soltar ese rollo de la política,
de cómo va el mundo: Ucrania, los yihhadistas en la delirante Siria, con las
atrocidades que los seres humanos cometen contra los seres humanos, los saltos
de la valla de Melilla, la geografía del hambre que arrastra su miseria hasta
lo indecible, la desesperación total, los parados …los niños desnutridos de
Cataluña, la locura de la proclama Independentista
en Cataluña-de donde soy-, no por llamarse independentista…La propuesta
corrupta del convergencia I Unió, como Esquerra republicana, no se asienta sobre los cimientos de una realidad social
cuajada. No nace de los cimientes y
viene a deshora. Las corrupciones, por doquier día sí y otro también en España.
Y Maduro en Venezuela. México y el
narco. Argentina y la cada vez más inquietante presencia de los Narcos, etcétera… para que voy a cansaros. Así que
como tengo la cabeza cargada de tantas mentiras y tanta prepotencia política,
me fui al peluquero. Ya saben, uno tiene que pasar factura capilar cuando lo exige el guión. Me encasqueto en el sillón del peluquero. Esta
vez me ha tocado el peluquero que no era calvo. Quiere saber cómo quiero el
pelo y como me va. Me niego a rechinar, por las poleas mis quejas sempiternas,
le digo, con un amago de sonrisa acrobática, que todo me va muy bien. El caso,
es que no sé cómo ocurrió, pero acabamos hablando de política- no me gusta el
futbol,. Me aburren tales conversaciones-. Y repasamos la canallesca política de nuestro país. Mientras
mi peluquero me repasaba con mano diestra el corte de pelo, me preguntó que me
parecía Bárcenas. Resoplé: Bárcenas, es el chivo expiatorio de las corrupciones
del Partido Popular, con una patronal que utilizaba el partido Popular como su
banquero particular, al igual que el Psoe, es la gran mentira de la clase media
alta que ha captado votos de la clase obrera sin conciencia y en los cuales
entre sus filas cuentan con el veinticinco por ciento de los sindicatos. “Todos
son unos ladrones y unos canallas,
asevera el peluquero agitando el peine y las tijeras. Cierto, asiento. Todos se han metido en la política para llenarse los
bolsillos, es verdad, confirmo. Pero, oye que quieres que te diga, yo
también haría lo mismo, que coño. Son
listos, les tengo envidia, quisiera ser como ellos. Me llenaría los bolsillos de dinero, aunque me pille y pase unos cuantos años a la sombra,
pues ná, luego salgo y a vivir con
todo el dinero que son dos días. Me
voy al Caribe. Yo admiro a esa
gente. Yo no haría eso, dije de forma
siniestra. “Vamos que tú eres de los
tontos honrados”. “NO creo, pero esa
forma de pensar es lo que ha traído todo esto… Los de abajo imitan a los de arriba y loas de arriba, se aprovechan de
eso y en fin…”Vamos con esas el señor,… No
me digas tonterías, que una vez vieras los billetes y un buen par de tías. No,
necesito aprovecharme de los demás.
Para ser feliz, para ser más persona.…
El peluquero se ríe. Insisto, más no me cree. Le pago y sigue sin creerme. Lo
cierto es que le he pagado por su trabajo, honradamente. Le he pagado por lo
que ha hecho…¿Qué sucede entonces?
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